Carlos Slim acelera el ritmo para hacerse con Realia a precio de saldo, y excluirla después de bolsa -como hizo con Cementos Portland- y, en un segundo capítulo, lanzarse de pleno sobre FCC, para su troceo y venta. Es un doble juego que da sentido tanto a la ampliación de 149 millones en la inmobiliaria, autorizada en tiempo récord por la CNMV, para cerrarla antes de fin de año, como a un mayor dominio del grupo de construcción e infraestructuras, hasta el 81%.

Puede llegar a ese porcentaje al hacerse con la participación pignorada del 19,97% de la empresaria (en la imagen, con Slim y su hija, Esther, presidenta no ejecutiva) y, a partir de ahí, lanzar cómodamente una oferta sobre el resto o, incluso, excluirla también del mercado. El magante mexicano, al fin y al cabo, no siente una predilección por la bolsa ni le gustan los compañeros de viaje en el capital.

La senda recorrida por Slim desde su aterrizaje en el grupo ha sido hasta ahora precisamente esa: el aumento de participación vías opas o ampliaciones, que ha convivido, en paralelo, con el problema de la Koplowitz para el pago de su deuda personal en el consorcio.

Realia defiende la ampliación, autorizada por la CNMV en tiempo récord y rechazada por Polygon

El paso dado en Realia con la tercera ampliación es significativo por el acortamiento de los plazos. La CNMV ha tardado 15 días en dar el visto bueno, frente al mes largo de las dos anteriores. Dicho de otro modo, la cerrará antes de 2019, con una aportación de Slim de 50 millones y la parte de los que no acudan.

El objetivo no es otro que hacerse con el 90% de la inmobiliaria, lo que le permitiría lanzar una OPA de exclusión en los primeros meses del próximo año. El principal obstáculo en esos planes es el fondo británico Polygon, con una participación superior al 10% entre derivados en forma de contratos por diferencias (CFD) y acciones. Los dos, fondo y empresa, libran una guerra en ese sentido, con posiciones encontradas respecto a la razón de ser de la operación.

Aunque FCC no se ha pronunciado hasta ahora sobre ella, a pesar de su 36,9% de la inmobiliaria, sí lo ha hecho, este lunes, Realia, con un comunicado (en el documento adjunto), para neutralizar lo que entiende como una “inusual actividad mediática” de Polygon, sin citarlo.

Koplowitz debe 844 millones a los bancos y 100 a Slim, importante tras la subida del 7% de FCC el pasado jueves, la mayor en dos años

Respecto a FCC, que Slim llegue al 81% depende de la participación de Koplowitz, que acumula, a su vez, una deuda de 944 millones, aunque la solución final depende del magnate.

Se reparte, en concreto, en los 844 que debe a los bancos, con un plazo de vencimiento en abril de 2020, y los 100 que debe al mexicano. Slim le prestó 160 en 2016 para que su 22,4% no se diluyera por una ampliación en curso, y le devolvió 60 poco después, a cambio del 2,4% de sus acciones. Fue lo que permitió a Slim lanzar una OPA sobre Fomento, en junio de 2016.

Esos dos créditos tienen como prenda, precisamente, las participaciones de Koplowitz: el 15,44%, a través de la sociedad  patrimonial Dominum, por el préstamo de BBVA y Bankia, y el 4,53% a través de Nueva Samede 2016, por la deuda contraída con Slim. Ya hemos informado, que Koplowitz quede fuera, es cuestión de tiempo, por la imposibilidad de pagar la deuda mencionada antes de abril de 2020. El dividendo sigue congelado.

La única solución en esas condiciones depende de un acuerdo con Slim, teniendo en cuenta, además, que el responsable último de esa deuda es también el magnate mexicano, que compró por 600 millones la deuda de la empresaria a BBVA y Bankia. No hizo mal negocio, porque la quita fue del 29%, aunque dejó más arrinconada todavía a Koplowitz.

La opción final dependerá en gran medida de la cotización en FCC, que se dio el jueves un homenaje en bolsa, con una subida del 7,24%, hasta los 12,74 euros por acción. Ojo, se trata del mayor avance en dos años. Al día siguiente, corrigió un 2,38% (a 12,38) y este lunes volvió a subir y luego a caer.

El Valor de Empresa del grupo puede superar 10 veces el Ebitda, como en el sector, y puede facilitar un acuerdo con Esther

Es una buena noticia para la empresaria, porque a ese precio el valor de su participación asciende a 938 millones, aunque insuficientes para cubrir los 944 de deuda. Y también para Slim, por la capitalización del grupo, en casi 5.500.

Con la cotización a los niveles actuales, encaja una de las ecuaciones que barajan los analistas para valorar el grupo y calcular el precio en unos meses. El ratio de Valor de Empresa (EV o enterprise value), que incluye la capitalización sumada a la deuda, con relación a Ebitda. Del resultado de esa división depende la posición de una compañía, en este caso Fomento -buena, mala o regular- en relación a las cotizadas en su sector, el de infraestructuras y construcción.

Pues bien, sobre ese ratio EV/Ebitda, la valoración puede alcanzar 10 veces su resultado de explotación, en línea con el sector, lo que da un potencial a la acción para avanzar hasta 14,4 euros.

Es la conclusión sobre la media en 12 meses del resultado bruto de explotación (864 millones), con un endeudamiento neto de 2.795 millones (septiembre) y el valor de mercado por la cotización (5.470). Sobre esos registros, vale casi 8.300, casi 3.000 más que ahora.

Con esa cotización, todo cambia. La participación de Koplowitz aumenta a 1.063 millones y a ese precio sí puede encontrar una vía de acuerdo con el mexicano para venderle su parte.