BP vive una profunda crisis, pues ha tenido unas pérdidas de 18.305 millones de euros en los nueve primeros meses por dos motivos: la caída de los precios del crudo y el coronavirus. Una situación difícil que no ha podido compensar con el buen tercer trimestre, cuando ganó 72,7 millones, sorprendiendo gratamente a los analistas.

La petrolera británica ha reducido su facturación un 35,8%, hasta 114.017 millones de euros, entre enero y septiembre. Y ahora quiere bajar su deuda con el plan de desinversiones por valor de unos 29.575 millones. Una medida que se suma a los 10.000 despidos (15% de la plantilla) que anunció hace unos meses para reducir costes, aunque, eso sí, mantendrá el dividendo para los accionistas.

Para BP la pandemia le ha supuesto un medio ambiente comercial “volátil” y de “desafío”, pero ha señalado que la recuperación de sus negocios en Asia está siendo más rápida que en otras regiones. Conviene destacar que lleva un tiempo mal antes del Covid, pues el año pasado ganó 3.641 millones, un 57% menos por la oscilación de los precios del crudo, aunque ahora su situación es mucho peor a la del primer trimestre, cuando perdió 4.034 millones.