Boeing perdió en el primer trimestre del año 1.700 millones de dólares frente a unos beneficios de 1.986 millones de dólares en el mismo periodo del año anterior, reflejando así principalmente los impactos de la pandemia de Covid-19 y la inmovilización de sus aviones B737 MAX, según los resultados de los tres primeros meses, dados a conocer este miércoles.

El saldo de tesorería e inversiones en instrumentos negociables asciende a 15.500 millones de dólares, frente a los 10.000 millones de dólares registrados a comienzos del trimestre, principalmente por el aumento del saldo de endeudamiento. El endeudamiento se elevaba a 27.300 millones de dólares al principio del trimestre, principalmente por la disposición de una línea de crédito, que se compensó parcialmente con la amortización de deuda.

Los ingresos de la división de Commercial Airplanes en el primer trimestre se elevaron a 6.200 millones de dólares por el menor volumen de entregas a causa de la suspensión del 737 MAX y el efecto del COVID-19. El margen operativo disminuyó un 33,3 por ciento en el primer trimestre  debido al menor volumen de entregas, el registro de 797 millones de dólares de costes extraordinarios de producción por la suspensión temporal de la fabricación del 737 MAX, un cargo de 336 millones de dólares relacionado con el coste de  reparación del componente de montaje del bastidor del 737 Next Generation (el llamado 'tenedor de aceitunas'), la reducción de márgenes atribuible principalmente al COVID-19, y el registro de costes extraordinarios de producción por importe de 137 millones de dólares por la suspensión temporal de actividades en Puget Sound a causa del COVID-19.

La compañía ha tomado la decisión de recortar 16.000 empleos, el 10% de su plantilla. "Vamos a ser una empresa más pequeña durante un tiempo. Hemos trabajado duro para mantener la estabilidad de la plantilla (...), pero la baja demanda de producción que vemos en los próximos años no respalda el tamaño de plantilla que tenemos hoy", anunció el presidente y consejero delegado de la firma, David Calhoun.

“La pandemia de COVID-19 está afectando todos los aspectos de nuestra actividad, incluida la demanda de los clientes de las aerolíneas, la continuidad de la producción y la estabilidad de la cadena de suministro”, dijo David Calhoun, Presidente y Consejero Delegado de Boeing. “Estamos centrados ante todo en la salud y la seguridad de nuestra gente y de nuestras comunidades mientras tomamos medidas difíciles pero necesarias para sortear esta crisis sanitaria sin precedentes y adaptarnos a un mercado cambiado”.

“Si bien el COVID-19 suma presiones sin precedentes a nuestras actividades, seguimos confiando en nuestro futuro a largo plazo”, dijo Calhoun. “Continuamos apoyando a nuestros clientes de defensa en sus misiones críticas de seguridad nacional. Avanzamos hacia el retorno al servicio del 737 MAX con todas las garantías, y estamos impulsando la seguridad, la calidad y la excelencia operativa en todo lo que hacemos todos los días. Los viajes aéreos siempre se han mostrado resistentes en el pasado, nuestra cartera de productos y tecnología está bien posicionada, y estamos seguros de que saldremos de la crisis y prosperaremos nuevamente como líderes de nuestro sector”.