Boeing casi ha cuadruplicado sus pérdidas en el primer semestre, que se han situado en 2.580 millones de euros (2.046 millones corresponden al segundo trimestre) y la reacción no se ha hecho esperar. Y es que planea nuevos ajustes de plantilla, tras los anunciados el pasado abril (16.000 despidos, el 10% de la plantilla) y ha anunciado que dejará de fabricar el mítico Jumbo (el avión 747) en 2022, un modelo de grandes dimensiones que está siendo sustituido por el 787. 

El fabricante aeronáutico estadounidense está sufriendo una doble crisis (la del 737 Max y la del Covid-19). El 737 Max lleva en tierra desde marzo de 2019 tras dos accidentes mortales y que podría reanudar sus vuelos a finales de este año, tras el visto bueno de las autoridades de aviación; y la pandemia ha golpeado el tráfico aéreo mundial y la recuperación llevará años. Por esto ha tomado medidas, aunque la liquidez cerró junio superando los 25.500 millones, pues la deuda asciende a 51.000 millones.

Los ingresos se han situado en 24.414 millones entre enero y junio, un 26% menos que hace un año. Los comerciales se han llegado a desplomar un 53%, mientras que los de la división militar han aguantado algo mejor, por lo que se volverá a ajustar el ritmo de producción de aviones comerciales. Por su parte, la cartera de pedidos ha ascendido a más de 348.300 millones.