Pasan los días y se siguen publicando nuevos datos y conversaciones grabadas ilegalmente por el excomisario Villarejo, ojo, ordenadas por el BBVA de Francisco González. Y si algo ha caracterizado a FG durante todo su mandato, es que estaba al tanto de todo lo que pasaba en el banco. No había decisión de calado que no pasara por sus manos. ¿Alguien puede imaginar que FG no supiera lo que estaba haciendo el departamento más sensible del banco, el de Seguridad, en un momento en el que estaba amenazada su permanencia como presidente? En otras palabras, FG no es la víctima, sino el verdugo.

Por eso resulta asombrosa la defensa que algunos medios están haciendo de FG. Por ejemplo, La Sexta y Telecinco, que en sus informativos y en sus programas de debate repiten el mismo mensaje: el pobre FG contrató a Villarejo solo para defenderse. Además, ¿cómo iba a saber él que el excomisario utilizaba métodos ilegales para obtener información? Oiga, suponendo -que ya es mucho suponer- que no supiera nada, cualquiera con dos dedos de frente habría sospechado, al menos, de los métodos utilizados despúes del primer informe entregado por Villarejo. Al final va a resultar que FG fue víctima de Sacyr... y de Villarejo.

Dos opciones: que los damnificados presenten una querella, y la segunda, la que más afectaría a FG, que sea la Fiscalía la que actúe de oficio

Lo cierto es que, de momento, continúa como presidente de honor del BBVA, con todas las prebendas adelantadas por Hispanidad. Cuenta con el apoyo de Carlos Torres que, con su actitud -inexplicable para muchos- quiere evitar la fusión BBVA-Bankia, que supondría su más que probable salida del banco. Así, Torres, que espera al veredicto del próximo Consejo de Administración que se celebrará el lunes 21, ha admitido que Villarejo trabajó para el BBVA, pero asegura que no ha encontrado pruebas del espionaje.

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Así las cosas, la clave ahora es la judicialización del escándalo y en cómo se desarrolla esa judicialización. El caso está en manos del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, que ha abierto una pieza separada del caso Villarejo, la operación Trampa. La primera medida fue reclamar a Moncloa.com y a El Confidencial todo el material que tienen, tanto el publicado como el no publicado.

Se abren dos opciones: que los damnificados -los espiados por Villarejo, por orden del BBVA- presenten una querella, y la segunda, la que más afectaría a FG, que sea la Fiscalía la que actúe de oficio y entre de lleno en el asunto. Sin embargo, y esto resulta aún más sorprendente que la defensa mediática, la Fiscalía se ha inhibido del caso, a pesar de los claros indicios de delito que se desprenden de las informaciones publicadas. Nadie, ni el sector bancario ni en el judicial, entiende esta actitud.

No se puede utilizar el mal para perseguir un bien o, si lo prefieren, el fin no justifica los medios

En el BCE, mientras tanto, siguen todo con mucha atención. No exigirán a Torres que tome medidas drásticas mientras no se traslade el escándalo a la cotización del banco, algo que no ha sucedido, de momento. A media sesión, el BBVA sube este miércoles un tímido 0,35%, con un Ibex ligeramente en rojo (0,04%).

Por cierto, empieza a maloler hasta dónde se está llevando el asunto, con informaciones acerca de la vida privada de algunas personas, entre ellas, la de Miguel Sebastián, que este miércoles ha asegurado que está ultimando una demanda contra el banco. No se puede utilizar el mal para perseguir un bien o, si lo prefieren, el fin no justifica los medios. En todo caso, ¿para qué sirvió todo esto? Para enmerdar el país y para poco más. Porque, ¿de verdad sirivó para evitar el asalto al BBVA? No. El que evitó que Sacyr se hiciera con el banco fue el entonces gobernador del Banco de España y ahora consejero del BBVA, Jaime Caruana.