Pasan las semanas y el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, sigue sin recibir querella alguna contra Francisco González o el BBVA por el escándalo de las escuchas, destapado en enero de este año. Parece mentira que sea así, teniendo en cuenta la gravedad de los hechos y el cargo de algunos afectados. Hablamos, por ejemplo, del exministro Miguel Sebastián o de la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.

Pues bien, Hispanidad ha podido saber, de fuentes jurídicas, que ni Sebastián, ni el exvicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas, ni el constructor Luis del Rivero tienen intención de presentar una querella, al menos en el corto plazo. De la ‘vice’ Fernández de la Vega no hay noticias, lo que permite pensar que no solo no tiene intención de querellarse, sino que ni siquiera quiere que se le relacione con el caso. Ella sabrá por qué.

El caso es que la condición que ha puesto García-Castellón para seguir con el caso es que alguno de los afectados presente una querella. Al juez, que está completamente saturado de trabajo -lleva Púnica, Lezo, parte de Gürtel, Aquamed…-, no le bastan las personaciones para seguir adelante. Quiere querellas, entre otras razones porque con una personación no puede movilizar al fiscal y con una querella, sí.

Acabamos de entrar en el mes de julio y los presuntos delitos de los que hablamos prescriben en noviembre. Teniendo en cuenta la frenética actividad judicial del mes de agosto, podemos pensar, sin temor a equivocarnos, que llegaremos a septiembre con caso en el baúl de los recuerdos. “Voy a llegar hasta el final”, exclamó Sebastián cuando estalló el escándalo. ¿Hasta el final de dónde?