La pasada semana, con la publicación de resultados de Bankinter, se abrió la senda de lo que parece van a ser los resultados ‘in COVID 19’ de las entidades de crédito españolas. Bankinter normalmente marca el punto positivo de la media de las entidades, y como vimos, los resultados de la entidad no fueron buenos debido a las diferentes circunstancias de la pandemia.

Martes 28: antes de abrir la presentación de Bankia la sensación era bastante pesimista y, por desgracia, se ha confirmado desde la primera línea de la cuenta de resultados.

El resultado neto obtenido durante el primer semestre de 2020 ha sido de 142 millones de euros (M€) frente a los 400M€ que obtuvo durante el mismo periodo del pasado ejercicio, un 64% menos que en ese periodo. Para evaluar el impacto directo (ya que en los otros epígrafes lo ha hecho de forma indirecta) debemos anotar que la provisión extraordinaria por COVID 19 asciende a 310M€, 125M€ en el primer trimestre y 185M€ en el segundo, por lo que parece que las previsiones empeoran.

Sin esta provisión extraordinaria el resultado antes de impuestos habría sido de 480M€ cuando en el 2019 lo fue de 540M€, 60M€ menos.

El margen de intereses, 922M€, es un 9,4% inferior al registrado en 2019, pero en este segundo trimestre se ha recuperado de forma ligera gracias a los créditos concedidos con los avales extraordinarios ICO, que suponen 6.200M€ dispuestos, dentro del crecimiento de 3.232M€ netos en el saldo de crédito a la clientela, si bien el margen de intereses desciende un 0,11%, como consecuencia de las condiciones de estas líneas especiales, y un 0,19% el de clientela, por la bajada de depósitos.

Las comisiones crecen un 9,5% por la espectacular subida de las comisiones cobradas por administración de cuentas a la vista 64M€ (+164,5M€), por lo que parece la barra libre se está acabando como medida de recuperación de rentabilidades. Aún con esta mejora, el margen bruto pierde un 3,9% respecto a 2019. Las suspensiones temporales de contratos han ayudado a reducir los gastos de administración en un 2,2% y llegar a un margen neto de 717M€ un 5,6% inferior a 2019.

El Covid ha roto el negocio del sector. Bankia mejora en Comisiones y en ratio de eficiencia. En todo lo demás…

Vivimos en un país muy peculiar respecto al resto de nuestros vecinos europeos: cuando no vemos negro sobre blanco los problemas, somos felices como si no existiesen. Esto viene a propósito de las cifras de morosidad que nos ofrece Bankia: 6.464M€ de créditos dudosos y 7.514M€ registrados en junio de 2019, un 4,85% sobre riesgos totales en 2020 y 5,74% en 2019.

Yo me atrevería a añadir dentro de esta información, y no en un anexo, que las moratorias concedidas al amparo de las medidas gubernamentales a propósito de la situación sanitaria ascienden a unos 4.500M€, que probablemente no serán morosas pero este es el lugar para indicarlo. La tasa de morosidad se sitúa en un 4,9% con un ligero descenso respecto a 2019 de 0,1 p.p. con una cobertura del 55,6% de las posiciones morosas.

En la cuenta de resultados, las dotaciones por provisiones, 25M€, son un 44,8% inferiores a las de 2019 mientras que los deterioros por activos financieros crecen un 31,1%, 44M€.

Como es lógico, a pesar de que el ratio de eficiencia crezca un 0,8 hasta el 55,4%, el resto de ratios de rentabilidad quedan muy lejos de los obtenidos en 2019 por las dotaciones excepcionales registradas así el ROA queda en el 0,1%, 0,3% menos y ROE 2,2% perdiendo un 4,1%.

El ratio de solvencia CET1 Fully Loaded queda en un 13,27% un 0,25% superior a 2019. Bankia ha solicitado al regulador medidas para mitigar el impacto negativo en los cálculos de solvencia de la crisis sectorial que baraja la entidad y que intuyo importante, a la vista de estas cuentas.

Y ahora ¿qué va a ser de todas las especulaciones sobre Bankia? El CEO, Pepe Sevilla, no se atreve a reconocerlo, pero son conscientes que al igual que a la mayoría de entidades, los planes de estos próximos ejercicios se quedan en papel mojado. Cuatro meses de crisis sanitaria han desmontado todas las previsiones y especulaciones, en especial las referentes a las posibles fusiones. No está la cotización para estas historias. O sí, depende de los periodos que se mire.

El caso es que Sevilla considera que dada la escasa rentabilidad del sector, la llamada a fusionarse encuentra “buen caldo de cultivo”. Eso sí, no entra en si una fusión con BBVA tendría sentido industrial y financiero. Y aunque advierte que no hay nada sobre la mesa ni debajo de la mesa, lo cierto es que el BBVA no quiere ni oír hablar de ello