Argentina ha tumbado el proyecto de ley del aborto libre en el Senado, dando así una lección a Occidente. Por tanto, ha ganado el ‘sí’ a la vida y ha perdido el Nuevo Orden Mundial (NOM) que trataba a toda costa de imponer sus consignas.

El proyecto que buscaba despenalizar el aborto hasta la semana 14 había sido aprobado por la Cámara de Diputados el pasado junio. Pero el Senado, tras un largo debate (más de 16 horas), ha dado un viraje al rumbo de los acontecimientos: 38 votos rechazaron el proyecto frente a 31 a favor y dos abstenciones.

Bofetada al Nuevo Orden Mundial: seguirá en vigor la ley restrictiva de 1921

Así, acaba, por ahora, el tema, pues el Congreso no podrá volver a tratarlo hasta dentro de un año. Seguirá en vigor la ley de 1921 que sólo permite el aborto en caso de violación o de riesgo para la vida de la madre. Por tanto, la interrupción voluntaria del embarazo se mantendrá como un delito penado con hasta cuatro años de cárcel.

La tramitación parlamentaria del proyecto de ley del aborto libre ha generado una profunda división en la sociedad argentina y numerosas manifestaciones. Por un lado, está la denominada ‘ola verde’ a favor de la despenalización del asesinato del ser humano en el vientre materno, y por otro, la ‘marea azul’, grupos defensores de las dos vidas (madre y bebé) liderados por la Iglesia Católica y los pastores evangelistas.

Argentina marca un referente en Hispanoamérica, donde sólo cuatro países permiten el aborto legal y libre como los países europeos

Con el rechazo al aborto libre, Argentina marca la diferencia ante la ideología imperante del NOM en Occidente y también tiene una gran influencia para Hispanoamérica, donde sólo cuatro países (Uruguay, Cuba, Puerto Rico y Guyana) permiten el aborto legal y libre en condiciones similares a la mayoría de países europeos. A estos se suma Chile, donde el NOM campa a sus anchas y logró despenalizar el aborto en caso de violación, peligro para la vida de la madre o inviabilidad del feto. Y mientras, el Papa Francisco respira: habría sido un gran disgusto que su patria dijera ‘no’ al derecho humano más importante de todos (la vida) y con ello, legalizara el asesinato de bebés en el vientre materno.