Air France-KLM está en turbulencias, pues las huelgas (este viernes viven su jornada número 13 desde que empezaran el pasado 22 de febrero) han agravado las pérdidas y han colocado a su presidente, Jean-Marc Janaillac, en el alero, derribándole finalmente. De hecho, el directivo francés puso su cargo a disposición si no ganaba la consulta a los empleados, donde les ha ofrecido un incremento salarial del 2% este año y del 5% suplementario de forma escalonada los tres siguientes, y al final, ha perdido.

El grupo aéreo franco holandés ha tenido unas pérdidas de 269 millones de euros hasta marzo, lo que supone un 88% más que hace un año, cuando fueron de 143 millones. Y el resultado de explotación ha arrojado un déficit de 118 millones, al incluir un impacto negativo de 75 millones por los paros para reclamar subidas de salarios.

Ojo, porque dichas huelgas también pasarán factura en los resultados anuales: reducirán el resultado de explotación, al menos, en 300 millones. Claro que como dice el refrán, a perro flaco, todo son pulgas, porque también se verá afectada por el encarecimiento de la factura de carburante y la apreciación del euro, cuyos impactos calcula en unos 350 millones y 100 millones, respectivamente.

Lo único positivo es que la facturación ha ascendido a 5.806 millones (+1,8%), gracias al aumento del tráfico (22,014 millones de pasajeros, un 5,2% más) y de la ocupación de los aviones. Además, ha reducido su apalancamiento en 285 millones, situando su deuda neta en 6.282 millones, cifra inferior a la de uno de sus competidores, IAG, que ha cerrado el trimestre en 6.053 millones.