Sr. Director:

¿Qué otra cosa podemos vaticinar en el mentiroso presidente del gobierno que nos toca padecer? Bueno si, está también invadido de un enorme odio que corroe todo su ser. Su proceder está destinado a mantenerse en el poder -que nunca le dimos los españoles-, sea haciendo campañas de buenismo, sea controlando los medios para mentalizar a los ciudadanos, sea dirigiendo la enseñanza de nuestros niños para distorsionar su percepción de los valores e imponerles una ideología perversa, sea atropellando a los católicos y afanándoles sus propiedades, sea pactando con todo lo peor de la política, etc. De todo es capaz Pedro Sánchez con tal de gozar de la satisfacción del poder, que empezó con el tejemaneje de su tesis y mintiendo por ella, que antes ofendió e insultó al anterior presidente del gobierno, que se hizo con ministros cinco de ellos dignos de despido (aunque solo lo hizo con dos), que agrede a la paz y la concordia que nos concedimos los españoles. Pone en riesgo nuestro bienestar, sin el menor pudor, al pactar con los que quieren acabar con España. Muestra una absoluta irresponsabilidad, cual adolescente engreído. Miente por dónde pasa, sin sonrojarse, ni pedir disculpas.

Los ciudadanos somos para él el limón de dónde extraer el jugo de los votos; no significamos otra cosa y si se nos ocurre discrepar de sus imperativos, se quedará tan feliz insultándonos y llamándonos con sus habituales piropos de “fachas”, “fascistas”, “franquistas”, “casposos”, “carcas”, etc. Maneja todos los hilos del poder (sin que se lo hayamos dado los españoles), la justicia, el CIS, las televisiones, las Fuerzas de Orden Público. ¿Hasta cuándo, señor Sánchez? ¿Tan mal te ves en el aprecio de los ciudadanos? Va siendo hora de que nos preguntes si te queremos para acabar con nuestro país o, por el contrario, preferimos a alguien que nos lleve hacia adelante.