Sr. Director:

Parece ironía, por su impericia para ello, pero es su carta de presentación y su actitud (que no aptitud) del que, sin haber sido nunca votado por los españoles, ahora nos gobierna y representa. A este señor se le ha llamado de muchas formas, Pedro el Breve, el Okupa, etc., pero este de “dialogante” le agrada más que ninguno.

La definición de este adjetivo es “Que está dispuesto a dialogar y discutir las cosas sin imponer su criterio”. Naturalmente que la disposición de no imponer su criterio debe afectar a ambas partes en diálogo. En el caso objeto de esta misiva, debe entenderse que trato del diálogo entre nuestro Presidente de Gobierno, nunca votado por los españoles, y el independentista Quim Torra, impuesto por el prófugo Puigdemont como presidente de la Comunidad Catalana. Naturalmente, el señor Sánchez, para cumplir con la definición de este término, no debe imponer su criterio de que ha de atenerse a la ley el señor Torra, mientras que éste último no debe imponer su criterio de que su único objetivo es la independencia. De esto saco la conclusión de que el alardeado diálogo no pasa de ser un “diálogo para besugos”.

A veces me imagino al dialogante Pedro ante una fiera salvaje, que viene a devorarle (como ocurre con Torra) y se planta tranquilo y sereno: ven aquí, león salvaje, vamos a dialogar tú y yo. Bueno, ya te imaginas el resultado de esa ignorante pachorra.