Sr. Director:

En el cara a cara el engaño es menos frecuente, pues la persona que habla se expresa con gestos y con palabras. Las palabras pueden ser fácilmente engañosas, los gestos difícilmente lo son. Y además el autor del mensaje está presente. Tienes al responsable. ¡Al que debe responder! Muchos mentirosos, si los tienes delante, no se arriesgan.

En el cuerpo a cuerpo, la violencia es más difícil. Si le ves la cara a tu adversario, es más difícil agredirle. Si no le ves la cara, y sabes que difícilmente te pedirán responsabilidades, es más fácil engañarle. Ahora la agresión y la mentira, te llega a menudo, desde la distancia, y desde el anonimato.

Ahora nos seguimos comunicando, pero poco, cara a cara. Nos seguimos peleando, pero poco, cuerpo a cuerpo. Y seguimos buscando información, sin embargo, no la buscamos en las personas próximas. Muchísima llega de fuentes, muy alejadas. Muchas informaciones no tienen 'denominación de origen'.

Resumiendo. Todo ha cambiado mucho: ¡Cara a cara, ni pedir pan! Cuerpo a cuerpo, ¡pronto, ni el baile! Consumo de proximidad, ¡ni la opinión del vecino!