Sr. Director:

Científicos estadounidenses han publicado en la revista PNAS un método para diseñar máquinas completamente biológicas desde cero, basado en la elaboración informática de múltiples diseños y la construcción de los mejores mediante la combinación de células vivas, en este caso células de rana.

Este trabajo, que se engloba en el prominente campo de la Biología Sintética, plantea diferentes aplicaciones, aún lejanas, tanto en medicina como en biorremediación. Señalan los autores del trabajo que la gran ventaja de estas máquinas es que son completamente biodegradables.

No obstante, empieza a ser urgente responder a algunas cuestiones que se plantean en este campo, aunque parezcan de ciencia ficción. Así, Josh Bongard, de la Universidad de Vermont, declara: “Parece que estos biobots son una tercera clase de materia animada: no son robots ni son, estrictamente, organismos. Creo que estos biobots obligarán a los biólogos y a los filósofos a repensar nuestras definiciones de la vida y de lo que es una máquina. En el futuro, ¿los organismos diseñados por ordenador deberían tener los mismos derechos que las personas y los animales evolucionados naturalmente?”.

A nuestro juicio, el valor moral de un organismo no depende de su origen, si no de lo que es. A modo de ejemplo, el valor de una vida humana es independiente de si ha sido concebida de forma natural, por fecundación in vitro o por clonación. Del mismo modo, el diseño humano implicado en la génesis de un organismo no tiene relevancia en cuanto a su valor moral. No obstante, sí encontramos que puede haber una dificultad en determinar si estas nuevas entidades constituyen un organismo o una máquina. En el trabajo aquí analizado, los biobots no cumplen con uno de los pilares tradicionalmente admitidos en la definición de lo vivo: la capacidad de reproducción. Sin embargo, los investigadores no descartan que en un futuro puedan dotar a los biobots de esta característica, que incluso puede ser deseable para algunas aplicaciones.