El Ministerio de Presidencia ha sacado a licitación el servicio de restauración en el Complejo de La Moncloa, además de la limpieza y atención en distintos espacios, como la cafetería. El contrato, tiene un presupuesto base de 2,3 millones de euros y una duración de cuatro años. Pero parece que el presidente no encuentra quien le cocine. La Moncloa se ha visto obligada a la tramitación urgente del expediente y a ampliar el plazo de presentación, ante la falta de ofertas.

A lo mejor, tiene algo que ver con los requisitos que se ponen a las empresas… Para la adjudicación se tendrán en cuenta, además del precio, criterios como la organización del servicio; la composición de los menús, platos combinados y comidas de protocolo; la calidad de los productos o la existencia de un plan de ahorro y eficiencia energética. Se obliga a las empresas, por ejemplo, a diseñar sus preparaciones siguiendo «los criterios de una dieta equilibrada y saludable».

Se ofrecerán distintas opciones de menú (normal, reducido y de régimen), además de comidas para llevar. El pliego determina incluso la composición de los platos, de forma que las ensaladas y verduras deben suponer la mitad, las pastas (10%), las legumbres (20%), el arroz (10%), la carne (20%), los pescados (35%), aves (20%), huevos (15%), frutas (65%) y dulces (10%).  Se puntuará que los productos sean de agricultura o ganadería ecológica, además de su frescura o la utilización de productos de «comercio justo» y de «primera calidad».

Además, se establece que se utilizarán "preferiblemente formas de cocinar bajas en grasas, aceite de oliva virgen extra y un reducido uso de sal y de conservantes". "Se tenderá en la composición de las distintas modalidades de menú y de platos combinados a la reducción de calorías", se añade.

Además, se desecharán los artículos «que tengan un defecto» o que no tengan «la debida calidad organoléptica o nutricional».

La Moncloa justifica la necesidad de este servicio en su «relevancia institucional», que «precisa de una atención sin demora», además de su  «ubicación relativamente alejada del centro de la ciudad, que dificulta y retrasa enormemente el acceso a servicios de restauración exteriores al Complejo». Pues yo sospecho que con tal oferta gastronómica, tan sana, light, ecológica, reducida… más de un alto cargo se va a dar a la fuga… y sin comer.