Es posible que cuando la ministra de Igualdad 'desmembra' un término para convertirlo en, pongamos, tres, piense que está demostrando un buen dominio del lenguaje. Por ejemplo, con su recientemente famoso 'niños, niñas y niñes'.

No debería extrañarnos, por tanto, que Iglesias y Montero no tengan sólo un 'título nobiliario', sino tres.

Marqués, Marquesa y Marquese