Michael O’Leary no deja de sorprender, pues no quiere testigos incómodos en la Junta de accionistas de Ryanair, que se celebrará el próximo 20 de septiembre. La low cost no permitirá la entrada de la prensa en la Junta para que sus accionistas puedan “discutir todos los asuntos libremente” y tampoco habrá informes de prensa posteriores.

Y es que entre estos accionistas está el propio CEO, O’Leary (3,8% del capital). Pero también Baillie Gifford (4,8%), una firma de gestión de inversiones propiedad de 44 socios que trabajan en Ryanair; HSBC (4,8%), el fondo de inversión Fidelity (5,5%) o la empresa de gestión Capital Research and Management (17%).

Así que la low cost ya no solo maltrata a clientes y trabajadores, también a la prensa. Es un caso de trasparencia máxima pero también de que todos los trapos sucios se lavan en casa. A partir de ahora, veremos a algún periodista comprar acciones de Ryanair para acudir a la Junta en calidad de propietario.