• La situación para los bancos acreedores se complica sin socio industrial a la vista.
  • Es la pieza clave, mientras el plazo para reactivar el grupo y capitalizar la deuda se agota.
  • Ahora toca replantear, a la espera del mal trago en pérdidas y el efecto dominó en ventas y pedidos.

La delicada situación en Duro Felguera amenaza con descarrilar o lo que es lo mismo: aumenta el peligro para que la ingeniería asturiana acabe como Abengoa en 2016, en preconcurso de acreedores. La banca acreedora se ha confiado al equipo de Acacio Rodríguez (en la imagen) en su meta más decisiva hasta el momento: la búsqueda de un socio industrial que inyecte dinero, a través de una ampliación de capital. Sin embargo, todos los intentos se han desvanecido a salvo de interés mostrado por dos fondos de inversión árabes, según fuentes bancarias. Entre poco y menos, dicho de un modo rápido, porque nada más lejos de su propósito inicial: un socio de peso en el sector.  Y el tiempo, además, juega en contra: cuantos más días pasan menos vale Duro Felguera. Es el espejo de lo pillada que ha quedado la banca en la ingeniería. La opción del empresario asturiano Blas Herrero, conocido como el lechero por su actividad como comercializador de leche, con la que engordó su fortuna, quedó enterrada hace un mes, aunque han seguido los contactos. No es lo peor: las dos únicas ofertas de compra que había, muy frágiles, también se han desvanecido. Son, en concreto, las del fondo británico Bybrook y el interés mostrado por el fondo especulativo KKR, no para entrar, sino de disposición a hablar. El resto de los posibles candidatos a comprar se han marchado, como digo, a la espera de saber algo más de los dos fondos árabes. Los bancos, mientras, a contrapelo, buscan nuevas opciones para sortear la situación, al tiempo que esperan el duro trago de la próxima presentación de resultados, el día 28, que pondrá negro sobre blanco la crítica situación: no sólo por las pérdidas, también por el efecto dominó en la facturación y la cartera de pedidos. Rafael Esparza