El líder norcoreano, Kim Jong-un, visitó China de domingo a miércoles, en una visita no oficial, dijo el miércoles la agencia de noticias estatal Xinhua y recoge Reuters

Ante el reciente deshielo con Corea del Sur, que ha logrado fijar una cumbre con su presidente, Moon Jae-in, prevista para abril, y otra con el presidente de EEUU, Donald Trump, en mayo, Kim Jong-un se ha desplazado primero a China para reunirse con su único aliado y valedor del régimen. Además de informarle en persona de "los rápidos e importantes cambios que han tenido lugar" en la Península Coreana, el joven dictador ha asegurado comprometerse con el objetivo de la desnuclearización, añade ABC.

"El asunto de la desnuclearización de la Península Coreana puede ser resuelto si Corea del Sur y EE.UU. responden a nuestros esfuerzos con buena voluntad, crean una atmósfera de paz y estabilidad y toman medidas progresivas y sincronizadas para alcanzarla", anunció Kim Jong-un sin profundizar más en su propuesta. De igual modo, el dictador norcoreano confió en mejorar las relaciones con el Gobierno de Seúl para avanzar hacia la "reconciliación y cooperación" y en tener "un diálogo con EE.UU.".

Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, volvió a abogar por resolver los problemas a través del diálogo y las consultas para salvaguardar la paz y la estabilidad con la meta de la desnuclearización. Para ello, apeló a todas las partes con el fin de mejorar las relaciones intercoreanas y llevar a cabo los esfuerzos oportunos para facilitar las conversaciones de paz, recordando el papel mediador de China en las conversaciones a seis bandas mantenidas en Pekín hace ya más de una década.

Debido a la presión de las restricciones a su ya de por sí escaso comercio internacional, Corea del Norte se ha visto obligada a retomar el diálogo tras más de dos años en los que ha mejorado notablemente la potencia de sus pruebas atómicas y el alcance de sus misiles intercontinentales, en teoría capaces de golpear suelo estadounidense. Aunque algunos expertos creen que Kim Jong-un solo pretende ganar tiempo para librarse de las sanciones, se ha abierto una esperanza a la paz gracias a las cumbres previstas con Moon Jae-in y Trump.

Pero, en cualquier caso, el viaje de Kim Jong-un a China confirma que el peligro viene de Pekín, no de Pyongyang, pues ha quedado claro que quien realmente influye en la política norcoreana son los chinos… En resumen, el peligro para el Occidente libre no es la extrambótica tiranía coreana sino la 'civilizada' tiranía china.