Los vecinos que sufren casos de okupación suelen tener una queja común: la violencia. La violencia okupa está disparada, saben que pueden actuar con total impunidad amparados por la Ley. Muestra de ello es el episodio vivido esta semana en el madrileño municipio de Pozuelo. 

Lo ha denunciado Carlos, el propietario, al cual los okupas le han tirado piedras desde una altura de nueve metros. Los okupas llevan en su casa año y medio y enganchados ilegalmente a la luz. 

No es la primera agresión que sufre, pero esta sábado dice que fue la más grave, de hecho, en la calle pueden encontrarse aún restos de sangre. Los okupas viven en el segundo piso de un casa, en el que hay también otras personas viviendo de alquiler. Los inquilinos legales cuentan cómo la mayoría de episodios se viven por los enganches ilegales que éstos tienen a la luz.

"Me han tirado piedras que no me han matado de milagro, es un intento de homicidio en toda regla. Me encuentro mal, con mucho dolor, todavía tengo un poco de mala visión en el ojo izquierdo", asegura Carlos.

"Soy súper nervioso, no duermo. Cada vez vengo, pues me han estado agrediendo, tirando piedras, son muy agresivos".

Los okupas llegaron a su vivienda en enero de 2024, un inquilino venezolano se fue sin pagar y "me deja unos okupas metidos en la vivienda. No quieren formalizar un contrato ellos no quieren, obviamente, porque dicen que le han pagado a él", cuenta.

"Ya tenemos vista para el desahucio, pero aún así, pues nos han intentado apuñalar, nos han tirado tapas de alcantarillas. Hemos intentado hablar con uno de los okupas, pero sin éxito. La gente de la zona está preocupada, cansada, porque además parece ser que les han rayado el coche", cuenta un miembro de una empresa de desokupación contratada.