Según el portal de Criminalidad del Ministerio de Interior los delitos de agresión sexual con penetración -violaciones- registrados en el conjunto de las comunidades autónomas se ha incrementado en un 30,6% en el tercer trimestre de 2021 respecto al mismo periodo de 2020. Le siguen los delitos contra la libertad e indemnidad sexual (abusos y agresiones sexuales a menores de dieciséis años, acoso sexual, ciberacoso sexual de menores,etc) que han subido en un 27% y por último, el resto resto de delitos contra la libertad e indemnidad sexual un 26,5%. 

Y todo esto en plena era de consenso feminista

Este tipo de delitos de índole sexual son los que más han subido respecto a otro tipo como los homicidios, tráfico de drogas o secuestros entre otros.

Mientras, el presidente del Gobierno señalaba en una reciente intervención en el Congreso que  los niveles de criminalidad están en caída histórica.  Lo hizo respondiendo a una pregunta del líder de Vox, Santiago Abascal, quien enumeró una serie de sucesos ocurridos en los últimos días, algunos de los cuales ha atribuido a los menores extranjeros no acompañados.

Criminalidad

Llama la atención este aumento de las violaciones cuando España está inmersa en una ola de feminismo liderado por la ministra de Igualdad, Irene Montero con su 'Ley del sólo sí es sí' y su encendida defensa de los derechos de las mujeres.

Se de la circunstacia de que al incremento de estos delitos se une el factor de la reincidencia en delincuentes encarcelados, precisamente, por cometer violaciones o por actos de pederastia o similares.

Y todo esto en un contexto en el que el Gobierno sociopodemita de Pedro Sánchez retira la Ley Mordaza y con ella la posibilidad de proteger a quienes nos protejen, a los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado. De manera que quedan ahora en muchos casos reducidos a transporte de los delincuentes y en otros expuestos a los ataques de quienes se sienten impunes y protegidos por la ley, como ocurrió recientemente con una agresión a un policía nacional en Zaragoza por parte de un hombre de origen magrebí que le propinó una paliza por pedirle que se pusiera la mascarilla en un autobús. O el caso del policía que ha acabado siendo juzgado por detener al joven que pidió a dos niñas que fueran al lavabo con él, en Tarragona

Y no hay que olvidar las trampas del ministro Marlaska. Primera: violación y violencia de género es lo mismo. Según el ministro de Interior, uno de nuestros peores ciudadanos, equipara la llamada violencia de género con la violación o violencia sexual contra la mujer. Ambas serían causa del machismo imperante y ambas, no sólo estarían relacionadas, sino que vendrían a ser lo mismo.

Aumento de los delitos sexuales, reincidencia de los delincuentes e impunidad de los detenidos, pero Sánchez dice que los niveles de criminalidad están en caída histórica.