El Tribunal Superior de Justicia de Valencia ha admitido el recurso de la Asociación Española de Abogados Cristianos contra el archivo de la causa contra la Diputación de Valencia por la financiación ilegal de la obra de teatro “Poder y Santidad”.

Abogados Cristianos demandó a la Diputación de Valencia por promocionar una obra que atacaba a los cristianos y en cuyo cartel promocional aparecía el Papa besando en la boca a un niño.

La organización de juristas denunció además numerosas irregularidades en la financiación de la misma. La organización de juristas asegura que la Diputación dividió los contratos para hacerlos pasar por contratos menores y así poderlos adjudicar a dedo, incurriendo en un grave fraude de ley. Denuncia además que las cuentas mostradas por la Institución no cuadran con las cantidades abonadas, con un descuadre de cerca de 200.000 euros.

En su día, Abogados Cristianos denunció al presidente de la Diputación de Valencia -organismo que también patrocina la obra-, Antoni Francesc Gaspar (PSOE), al Director del Instituto Valenciano de la Cultura, Abel Guarinos; así como al creador de la obra y a su director, Paco Azorín.

Los acusaba a todos de un delito contra los sentimientos religiosos y a los dos primeros, además, de un delito de prevaricación.

La organización de juristas afirmaba en su denuncia que “en el cartel de la pieza teatral se consuman los delitos denunciados de ir contra la Iglesia Católica y acusar a su máxima autoridad y a la curia romana de pederastia”. Asegura que “la obra, en caso de estrenarse, supone un ataque y una humillación, no sólo a la Iglesia sino también a la Fe Católica. Contando además con la financiación de las arcas públicas valencianas, al haber sido coproducido y financiado por el Instituto Valenciano de Cultura y por la Diputación provincial”.

La presidente de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, denunció que “se utilice dinero público para financiar una obra que ofende a una gran parte de la población valenciana que se declara cristiana”. Critica que “este tipo de ataques vengan siempre del mismo lado y vayan siempre contra los cristianos”. Aseguraba que “si estas ofensas fuesen contra otro colectivo u otro credo, no serían permitidas. Pero contra los cristianos parece que todo vale”.