Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Turquía, donde un misionero cristiano -David Byle- ha sido expulsado del país por evangelizar y anunciar a Jesús

Con espectáculos de marionetas, pantomimas e ilustraciones sencillas en una pizarra, acercaba a la gente a Jesús y su evangelio. Las reacciones de los transeúntes fueron en su mayoría positivas: «Se empaparon literalmente de las historias sobre Jesús. Porque no los escuchas a menudo en las calles de Estambul», explica el misionero, recoge Infocatólica.  

Sin embargo, con el tiempo, David también se enfrentó a represalias por parte de las autoridades turcas: se intentó intimidarlo con una serie de detenciones breves, incluidos interrogatorios e incluso intentos de deportación. Pero incluso la detención pendiente de deportación no pudo quebrar la voluntad de predicar del misionero, que la considera su vocación. Se necesitan dos cosas sobre todo para predicar el evangelio, a saber, coraje y creatividad, dice David. También lo demostró en la celda de detención: «No hay otro lugar donde se pueda llegar tan fácilmente a personas que tienen tiempo ilimitado para escuchar».

Se necesitan dos cosas sobre todo para predicar el evangelio, a saber, coraje y creatividad, dice el misionero David Byle

Cuando recibió la decisión en 2016 de que tenía que salir de Turquía de inmediato, David apeló y esperó durante años acudir al Tribunal Constitucional turco. Sin embargo, fue engañado por la policía: fue arrestado nuevamente en 2018 y le dijeron que tenía 15 días para salir del país. «La situación se presentó como si pudiera volver en cualquier momento», recuerda David. Pero cuando regresó a Turquía para ver a su esposa e hijos, se enfrentó a una «prohibición de entrada permanente» en el aeropuerto de Estambul y no se le permitió pasar, una gran conmoción. Las autoridades vieron en él una «amenaza al orden público y la seguridad» y el Tribunal Constitucional ya no se ocupó de su caso porque David había abandonado voluntariamente el país.

David ahora vive con su familia en Alemania y continúa su obra misional allí. Se da cuenta de que la gente aquí se para con mucha menos frecuencia en la calle para escucharlo. «Los creyentes tienen miedo de decir algo incorrecto u ofender a alguien. La religión es un asunto privado, lo escucho a menudo aquí. En mi opinión, sin embargo, el mayor peligro es que ya no mostramos pasión cuando hablamos de Jesús», dijo el misionero.

¡Por favor oren por nosotros! Nos han tomado como rehenes, secuestraron a nuestro conductor

Nos vamos ahora a Haití, donde 17 misioneros cristianos fueron secuestrados junto a sus familias el pasado sábado 16 de octubre. Los misioneros forman parte de ‘Christian Aid Ministries’ (Ministerios de Ayuda Cristiana), con sede en Ohio (Estados Unidos), y fueron secuestrados cuando visitaban un orfanato, recoge Aciprensa

“Como organización, encomendamos esta situación a Dios y confiamos en Él para que nos ayude. Que el Señor Jesús sea engrandecido y muchas más personas lleguen a conocer Su amor y la salvación”, expresó la organización.

De acuerdo al diario estadounidense The Washington Post, una persona que conoce la situación dijo que uno de los secuestrados envió un mensaje a través del servicio de mensajería WhatsApp: “¡Por favor oren por nosotros! Nos han tomado como rehenes, secuestraron a nuestro conductor. Oren, oren, oren. No sabemos a dónde nos están llevando”.

Según la agencia Associated Press, de acuerdo a un oficial de policía local, el grupo delincuencial “400 Mawozo” sería el responsable del secuestro. La misma banda criminal estuvo detrás del secuestro de sacerdotes y religiosos católicos en abril de este año.

En 2015, el prelado chino “apoyó las valientes protestas del clero de Wenzhou contra la demolición de cruces en la provincia de Zhejiang

Y en China, las autoridades comunistas impidieron que cientos de fieles asistieran al funeral de Monseñor Stephen Yang Xiangtai, obispo Emérito de Handan, quien falleció a los 99 años el pasado 13 de octubre, informó AsiaNews

El régimen limitó la asistencia a solo 800 personas, oficialmente para evitar contagios de Covid-19; sin embargo, en las imágenes que compartió AsiaNews se corrobora que la participación fue multitudinaria. El funeral se celebró la semana pasada en la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes de Caozhuang, del distrito de Yongnian.

AsiaNews informó que Mons. Yang “no era un obispo ‘clandestino’, pero en varias oportunidades desafió la línea ‘patriótica’ de las autoridades religiosas vinculadas al Partido Comunista Chino”. Recordó, además, que en 2015, el prelado chino “apoyó las valientes protestas del clero de Wenzhou contra la demolición de cruces en la provincia de Zhejiang”.

Según el medio, la censura provocó la cancelación de las publicaciones en las redes sociales que informaban sobre la hospitalización y posterior muerte del Obispo Emérito de Handan. AsiaNews señala que la “pérdida de Mons. Yang es dolorosa no solo para la Iglesia en China, sino también para el Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME), porque creció, se formó y trabajó junto con los sacerdotes del PIME de Kaifeng y de Weihui (ahora Anyang) en Henan”.