Salvatore Cordileone: "Uno de mis grandes héroes siempre ha sido el padre Walter Ciszek"
El arzobispo de San Francisco, Mons. Salvatore Cordileone, ha sido entrevistado en The Pillar, donde ha contado que está promoviendo una iniciativa para homenajear a los «Mártires del Comunismo» de todo el mundo.
Y lo explica: "Estas ideologías totalitarias marxistas se manifiestan de distintas formas, pero todas ellas consisten en que el Estado controle y oprima a quienes se oponen a ellas. El comunismo es la forma más explícita, pero también adopta otras formas. Es algo que está ocurriendo mucho en el mundo de hoy. Ya ve lo que pasa en China, lo que pasa en Nicaragua. Todavía está entre nosotros".
Respecto a cómo el comunismo ha perseguido a la iglesia, Mons. Cordileone ha señalado: "La Iglesia es siempre el blanco de estos regímenes porque la Iglesia está dispuesta a dar voz a los que no la tienen y a defender a los pobres. Y los pobres suelen tener fe y confían en la Iglesia. El poder de la fe puede resistir, como nos demostró San Juan Pablo II, puede derribar estos regímenes brutales. Es lo único que se interpone en el camino de estos dictadores, por eso siempre intentan derribar a la Iglesia. Cuando se habla de 'comunismo' y de regímenes comunistas, el término puede convertirse en un cajón de sastre para todo lo que huela a políticas económicas de izquierda".
Ya ve lo que pasa en China, lo que pasa en Nicaragua. Todavía están entre nosotros
En cuanto a algunos ejemplos de mártires o cristianos perseguidos por el comunismo, ha afirmado: "Uno de mis grandes héroes siempre ha sido el padre Walter Ciszek". O "personas como [Clemens] von Galen, el cardenal Mindszenty, Karol Wojtyla, siempre han sido grandes héroes para mí. Hace un par de años estuve predicando sobre el padre Anton Lull, un sacerdote albanés".
Y sobre este sacerdote albanés, añade: "Fue golpeado, fue perseguido, fue torturado. Dormía básicamente en un baño, con heces en el suelo. Luego dijo que, tras ser liberado, se encontró en la calle con uno de los guardias que le persiguieron, y dijo: «Le abracé y le perdoné»".