Cambio climático: Putin denuncia la estupidez de Europa
Como se recordará, en 2013, la cámara de diputados de Rusia prohibió la adopción de niños rusos a parejas homosexuales extranjeras y a solteros procedentes de países que tienen legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Lo siguiente que hizo el presidente ruso Vladimir Putin fue prohibir, en abril de 2021, el matrimonio entre personas del mismo sexo en Rusia y la adopción de niños por parte de personas transexuales.
Poco después, en 2023, Putin prohibió en Rusia el cambio de sexo, el físico y el registral. El presidente ruso consideraba lo que han considerado todas las culturas y civilizaciones desde que el mundo es mundo: que nadie nos ha pedido permiso para nacer, ni para nacer varón o mujer, ni para nacer rico o pobre, alto o bajo, guapo o feo, español o francés.
Y el siguiente paso que está tramitando el legislativo ruso -como recogió Hispanidad en julio-, a iniciativa gubernamental, es una ley que va a prohibir la adopción o tutelaje de menores por parte de ciudadanos extranjeros que vivan en países donde estén autorizados los cambios de sexo, entre los que se encontrarían, por ejemplo, Australia, Austria, Argentina, Bélgica, Alemania o España.
La tramitación de esta última ley avanza pues ayer mismo, el parlamento ruso (la Duma Estatal) la aprobaba en primera lectura. Ahora solo faltan dos lecturas más y su aprobación por el presidente Putin para convertirse en ley oficial.
Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma, lo explicaba ayer: «Es necesario proteger a nuestros niños de los peligros que podrían enfrentar con la adopción por parte de ciudadanos de países extranjeros donde es permitida la reasignación de género».
Por su parte, Irina Yarovaya, vicepresidente del parlamento ruso, declaró: «El tema no es que la brújula moral y las fundaciones morales de Rusia buscan proteger los valores tradicionales [...] sino directamente la protección de la vida de un niño».
De esta manera, Putin da un paso más en el respeto a la ley natural y contra la ideología de género (la agenda ‘woke’ o agenda 'lgtbi'), que difunde que cada persona puede elegir su género con independencia de su biología y atendiendo únicamente al deseo de la voluntad, lo cual, difundido entre niños y adolescentes puede lograr efectos devastadores, como se está viendo ya en muchos países occidentales.