Mayla y Sofía Albuquerck son las primeras gemelas transgénero del mundo
Mayla y Sofía Albuquerck son las primeras gemelas transgénero del mundo, una reside en Buenos Aires y la otra en Brasil, nacieron hombres pero decidieron cambiar de sexo juntas. Ahora cuentan su 'bonita' historia para Infoabe: "A los 19 años se hicieron la operación que les permitió tener una “neovagina” y un “neoclítoris” con el que pueden sentir placer sexual".
Saben lo que quieren desde su más tierna infancia: “Muchas personas creen que un niño de tres o cuatro años no sabe lo que quiere o lo que siente. Yo tengo recuerdos de lo que sentía", asegura Mayla, “Entre mis tres y cuatro años, cuando iba al jardín de infantes, empecé a sentir que yo no era el niño que todos creían que era. Recuerdo que me habían leído ‘Cenicienta’, entonces cuando me iba a dormir pedía que un hada madrina hiciera conmigo lo que había hecho con ella”, añade.
La sorpresa de Mayla llegó cuando supo que su hermano gemelo sentía lo mismo: “Fue alrededor de los 5 años, cuando me di cuenta de que me gustaba mi vecino”, cuenta Sofía, "A veces me preguntan ‘¿cómo pasaste por todo esto sola?’. La verdad es que nunca pasamos por esto solas, nos teníamos una a la otra”.
“Yo no me duchaba de la cintura para abajo porque no soportaba mirarme. Tenía una disforia tan grande con mi órgano que no soportaba mirar, sentir”, confiesa Mayla.
El marido de su abuela es quien vendió una casa que tenía en alquiler para pagarles la vaginoplastia, tal y como puede verse en la serie que estas hermanas tienen en HBO Max: “Gemelas transgénero”.
Tal y como cuenta el medio, las gemelas se sometieron a una “inversión peneana” a sus 19 años. El cirujano les construyó "un canal artificial llamado “neovagina”, el cual "revistieron por dentro con la piel del pene invertida", en palabras textuales del medio se trata de una proceso en el que se crea un vagina con un pene "como una media que se da vuelta".
Además detallan que "adaptaron la vía urinaria para que pudieran orinar sentadas y redujeron el glande, conservaron los nervios y las arterias y con eso hicieron el llamado “neoclítoris”". Además, para hacer los labios menores usaron también "piel del pene" y con la "bolsa escrotal" diseñaron los labios mayores. Aunque las gemelas coinciden en que lo más doloroso es el uso posterior de dilatadores que hacen que la nueva cavidad no se cierre.
Tras la operación, los problemas no acabaron: “Cuando habían pasado unos 10 días de la cirugía yo empecé a pensar en el suicidio. Mi hermana había hecho un vivo de Instagram y lo había contado y yo, por ser su gemela, había quedado muy expuesta”, asegura Mayla.
“Sentía que no tenía más fuerzas. Yo creía que los días posteriores a la cirugía iba a sentir una gran realización y de pronto todo eran pesadillas. Pensaba que iba a ser apedreada por la sociedad cuando volviera a salir a la calle”. Afirman que fue la terapia psicológica la que consiguió que fueran felices.