Lula da Silva, presidente de Brasil por la mínima, es uno de esos personajes que no busca dinero, aunque fuera condenado por una clarísima corrupción e indultado, no porque fuera inocente, sino por un defecto de forma sobre la instancia judicial adecuada. 

En cualquier caso, no es un corrupto en busca de dinero, es algo muchísimo peor: pertenece a esa mentalidad ególatra que no puede vivir sin ser el centro de atención de todo y de todos, en el centro del mismo proscenio, como objeto de todas las miradas. Sí, hablo de Lula no de Sánchez.

Los BRICS contra Washington, un combate amañado: progres de izquierdas contra progres de derecha

No acudio a la Cumbre Iberoamericana porque sabe que en el fondo de la Hispanidad está España y considera que España es un interlocutor absolutamente inferior y despreciable, los chicos de la cruzada. Lula no es un rojo, es un progre. Los rojos se enfrentan al capitalismo y a la derecha, los progres se enfrentan a los cristianos. 

Pues bien, Luiz Inácio se nos fue a Pekín y le cantó al mundo las excelencias del régimen comunista chino, la mayor tiranía del planeta, en un periplo de adulación al salvaje déspota Xi Jinping. Ante él se inclina se inclina el mundo iberoamericano: ¡qué pena!

Y con ello, renacen los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que con su Nuevo Banco de Desarrollo, con la peligrosa Dilma Rousseff al frente, ya tiene su propio FMI. El tétrico universo de los BRICS se enfrenta a un Occidente degenerado, liderado por un jubilado que aúna la decrepitud mental de la ancianidad con la mala uva de la vejez y con la confusión propia de la adolescencia. Su nombre: 'Yayoyou'.

El brasileño Lula se vuelca con la tiranía china. Con ello aleja a Iberoamérica de Occidente. No cabe duda: Putin está ganando la batalla ideológica de Ucrania

Y la guerra de Ucrania, en el entretanto, ha echado a Putin en manos de lo mejor de cada casa, de China y en breve de India. De cualquiera con tal de que sea enemigo de la civilización Occidental cristiana, mientras Hispanoamérica se nos ha trasmutado, desde el México indigenista y violento de AMLO, pasando por el Brasil ultraprogre de Lula y terminando en la disparatada Argentina de Fernández y Fernández, en el continente más ultraprogre de todos. Precisamente Hispanoamérica que, tras el declive de la Vieja Europa se había convertido en la... reserva espiritual de Occidente. 

Y la ligazón llega a la tragicomedia de contemplar al ministro ruso de Exteriores, Lavrov de viaje de captación por Hispanoamérica, acercándose a dos tiranos bananeros como Nicolás Maduro y Daniel Ortega.

El Occidente degenerado de hoy está liderado por un jubilado que aúna la decrepitud mental de la ancianidad con la mala uva de la vejez y con la confusión propia de la adolescencia. Su nombre: 'Yayoyou'

Total, que el mundo se divide en un hemisferio progre de izquierdas frente a un hemisferio progres de derechas. Todos progres, esto es, cristófobo y cristianófobo. Créanme: se trata de un combate amañado. Los dos bandos tienen algo en común: aborrecen al cristianismo, que creó Occidente y evangelizó Oriente. Bueno, lo que le dejaron.

En cualquier caso, Lula da Silva, otro radical disfrazado de moderado y alabado en Europa, ha dado el paso que nunca debió dar. Ahora, ya no es que se pueda recupera a Putin para Occidente, es que Putin ya está en manos de Oriente. Y la torpeza de Occidente le ha hecho ganar la batalla ideológica de Ucrania.

Esto es: el peligro para la civilización occidental, cristiana, no está en Moscú, está en Pekín, en Delhi... y en Washington. 

¿Y Europa? Europa ha dejado de contar en el mundo y no volverá a contar hasta que recupere sus raíces cristianas, hasta que vuelva a ser... ella misma.