No es broma. Un preso de la cárcel de Martutene, en Guipúzcoa, podrá ver a su perro antes de que sea sacrificado por su mal estado de salud, el can no el reo. Destaca El Mundo que no es lo habitual, pero las autoridades han autorizado este peculiar vis a vis siempre que se cumplan varias condiciones.

La decisión la ha tomado el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 del País Vasco tras hablar con los psicólogos del centro penitenciario -psicólogos humanos, no caninos-. Pero hay tres requisitos para que se produzca el encuentro.

Primero, que al perro lo acompañe un familiar del preso que también haya obtenido permiso para un vis a vis. En segundo lugar deben presentar un certificado veterinario que demuestre la gravedad del estado de salud del can. Por último, el animal ensuciara las instalaciones, sería el preso el que se encargaría de la limpieza.

¿Y cuál es la opinión de los funcionarios de prisiones al respecto?, pues que las cárceles ya tienen bastantes problemas como para que los perros también hagan visitas a los presos.