Se trata, en particular, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), que dirige Michelle Bachelet. La chilena está obsesionada con los DD.HH. renovados, entre los que se encuentra el aborto, porque una sociedad no es suficientemente progresista hasta que las madres no pueden ejercer su derecho a matar a su propio hijo cuando todavía no ha nacido.

El compromiso de Bachelet es tan firme que para alcanzarlo está dispuesta, incluso, a mentir. Es lo que ha denunciado la fundadora de la Fundación VIDA SV, de El Salvador, Sara Larín. “Es completamente insólito y despreciable que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se valga de la libertad condicional otorgada a Marina de los Ángeles Portillo para presionar a El Salvador con el aborto”, afirmó en declaraciones a Aciprensa.

Recapitulemos: el pasado 25 de junio, la OACNUDH publicó un tuit celebrando la libertad condicional anticipada de Portillo, que en noviembre de 2007 fue condenada a 35 años de prisión por matar a su hija recién nacida. La policía encontró a la bebé envuelta en una manta y metida en una bolsa negra de plástico, con un calcetín blanco tapándole la boca y la nariz, y otro calcetín alrededor del cuello, con doble nudo. La causa de la muerte, según el médico forense, fue asfixia por estrangulación.

Nada de eso le importó Bachelet que utilizó a Portillo para impulsar una campaña a favor del aborto. “Saludamos la libertad anticipada otorgada a Marina Portillo quien fue procesada y condenada tras enfrentar una emergencia obstétrica y después de catorce años tiene la posibilidad de reencontrarse con su familia”, afirmó la OACNUDH en su cuenta oficial de Twitter. “Invitamos al Estado a continuar la revisión de los casos donde las mujeres han sido detenidas por delitos relacionados con emergencias obstétricas y armonizar la legislación sobre aborto según los estándares de #DerechosHumanos a fin de evitar nuevos encarcelamientos”, concluye.

La mentira es tan burda que los que conocen el caso no han tardado en mostrar su indignación en las redes sociales. “Si la bandera del aborto necesita recurrir a mentiras es porque no es una causa ni justa, ni libre, ni que solucione la problemática de la mujer”, asegura un tuit. “Ella mató a su hija recién nacida. No hay nada que celebrar”, afirma otro.

La ofensiva de la ONU para legalizar el aborto en El Salvador se ha intensificado en los últimos años. La defensa de la vida está en la propia Constitución del país, ya que reconoce “como persona humana a todo ser humano desde el instante de la concepción”.

Lo cierto es que en aquel país no hay ninguna mujer encarcelada por el delito de aborto a pesar de que está penado con entre dos y ocho años de cárcel. Los jueces suelen imponer otras penas, publica Aciprensa.

Y cuidado, porque a la vista de la manipulación del caso Portillo, no es descabellado pensar, como Sara Larín, que “la ONU está a un paso de pedir abiertamente la legalización del infanticidio de recién nacidos”.