Una de las características del Examen Público Universal (EPU), creado cuando se estableció el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en marzo de 2006, es que no se apoya exclusivamente en expertos, sino en los propios países miembros o, incluso, en ONGs, lo que le otorga una mayor capacidad de presión a la ONU para que los gobiernos cumplan sus recomendaciones.

El germen del EPU data de 2006, como hemos dicho, pero no fue hasta varios años después y tras diversas reuniones del Consejo de DDHH cuando se implantó definitivamente bajo el actual formato, que ya va por su cuarto ciclo, que comenzó en octubre de este año y se prolongará hasta febrero de 2027. Por cierto, el examen a España se llevará a cabo entre abril y mayo de 2025. Tranquilos, en cuestiones de aborto e ideología de género, nuestro país lleva años de delantera, no ya al resto de países, sino a la propia ONU.

“Los exámenes se desarrollan mediante un diálogo interactivo entre el Estado sometido a examen y otros Estados Miembro de las Naciones Unidas”, establece la ONU. “Este diálogo se celebra durante una reunión del Grupo de Trabajo del EPU. Durante este diálogo cualquier Estado Miembro de las Naciones Unidas puede realizar preguntas, comentarios y/o recomendaciones a los Estados que están siendo evaluados”, explica la ONU en su web. Inicialmente la duración del examen era de tres horas, que luego se amplió a tres horas y media.

Uno de los últimos países examinados ha sido Filipinas, cuyo gobierno se ha negado a aceptar las recomendaciones de la ONU acerca del aborto, el divorcio y el matrimonio homosexual, como adelantó Hispanidad.

Sea como fuere, y como la degeneración no parece tener límite alguno, los países con una legislación a favor del aborto y la ideología LGTBI se ven presionados para ir aún más lejos. Por ejemplo, según la agencia Zenit, durante el examen a Finlandia, algunos países, entre ellos España, recomendaron al gobierno de aquel país legislar a favor de la afirmación de género para menores de 18 años.

El definitiva, el EPU se ha convertido en un instrumento muy útil del Nuevo Orden Mundial (NOM) para implantar la ideología de género en todo el planeta. Y ¡ay de aquel que no colabore! “El Consejo de Derechos Humanos decidirá las medidas que necesitará adoptar en caso de una no cooperación persistente con el EPU por parte de un Estado”, advierte Naciones Unidas.

España está a la cabeza de la manifestación, lo que conlleva el dudoso honor de ser la primera en despeñarse por el precipicio.