La mayor preocupación es la "secularización", "somos indiferentes ante Dios y pareciera que no interesa. Una situación que hace que el hombre se vuelva contra el hombre. Nos preocupa la secularización que conlleva a la soledad", y como ejemplo "la multitud de suicidios entre los jóvenes" porque si eliminas a Dios, "ya no sabes porque luchas", ha asegurado el presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal arzobispo de Barcelona Juan José Omella, en un encuentro organizado por Nueva Economía Fórum. 

Actitud y palabras muy distintas a las de hace un año en otro desayuno informativo, en el que Omella no mencionaba a Dios. Algo bueno este cambio, puesto que la Iglesia no puede permitirse abandonar su verdadero papel, centrado en administrar sacramentos e impartir catequesis, porque la Iglesia no es una ONG.

Más cambios positivos en el discurso de Omella, sobre los abusos y el Informe presentado por Ángel Gabilondo, Defensor del Pueblo y excura. El presidente de los obispos españoles sigue con sus contradicciones. Asegura que el informe "no es perfecto", pero agredece el trabajo del excura Gabilondo, presente en el encuentro y sentado a la derecha de Omella. 

Pero Omella vuelve a hacer frente al informe: asegura que el mismo "pone de manifiesto que hay muchas de ellas, víctimas de otros estamentos de la sociedad, que también deben ser escuchadas como se ha hecho con las de la Iglesia". Razón no le falta a Omella, recordemos que la pederastia clerical supone un 0,2% de la pederastia total.

Además, critica la encuesta de GAD3, a la cual se refiere como "barbaridad", y alerta de que no se ha explicado la metodología de la misma, algo que sí se hace con el resto de encuesta. Pese a todo, Omella asegura que el número es lo de menos porque con que hubiera una persona abusada, el trabajo realizado ya "merecía la pena". 

Sobre la educación concertada también cambia su discurso diplomático anterior para reivindicar que "la enseñanza gratuita empieza con un religioso" y felicita a la Iglesia, "lo ha hecho bien" aunque no debe "perder la identidad Cristiana", que es la formación de cristianos para el bien común, de buenos profesionales y buenos cristianos, hombres de fe. "Eso no lo podemos perder".

“Todos tenemos algo que aportar, también todas las empresas las podría hacer el Estado. Es buena la iniciativa privada. Hemos confundido, sería estatalización”, revindicando el papel de la Iglesia en la educación. 

“Vivimos en un país democrático donde respetamos los derechos de los ciudadanos” y defendió que "no es verdad" que los colegios no atiendan a los estudiantes más pobres.

Además Omella reivindica la colaboración de cristianos y no cristianos con la Iglesia, marcando la casilla de la X en su declaración, en una España y una Europa “de raíces cristianas” de las que pidió “no avergonzarse”, a pesar de de la "lucha contra la Iglesia" que vivimos estos días. 

"Nos avergonzamos de lo nuestro y valoramos lo del otro", cuando "tenemos una historia estupenda y una lengua magnífica", “para entrar al cielo, la lengua que se va a pedir es el castellano”, bromeó el cardenal.