
Hace un tiempo en Hispanidad les contamos el caso de los okupas de lujo en Canarias, donde 200 de ellos han entrado por la fuerza en el antiguo Hotel Callao Sport, ubicado en la zona de Callao Salvaje en Tenerife, en el municipio de Adeje.
El caso se destapó por las denuncias y quejas de los vecinos: "Son extranjeros, la mayoría sudamericanos, y no parecen gente vulnerable, sino personas a las que han llamado", afirmaba uno de ellos. Por si fuera poca cara, los okupas hicieron negocio y se dedicaron a vender el material del hotel.
Pero ahora han ido a más. Lo denuncian los dueños, desesperados con la situación: están alquilando las habitaciones. Los okupas entraron de manera organizada en febrero, y desde entonces están alquilando el complejo como si fuera suyo, aprovechando la falta de respuesta por parte de las instituciones y la lentitud de la justicia.
'Informativos Telecinco' ha hablado con la dueña del hotel, Margarita Domínguez, quien asegura que han probado por todas las vías legales para desokupar: “Hemos realizado una demanda penal con dos recursos y otra civil, que no han contestado todavía”.
Afirma que han “robado de todo, hasta las lámparas, han roto los documentos del hotel, pero el juez ha desestimado el desalojo. Aquí no hay necesidad de vivienda, aquí hay maldad”. Los okupas que están al mando “cobran por las estancias temporales y de más tiempo. Hay gente que lleva meses, otros entran y salen”.
La Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, Ashotel, se ha unido a la queja de los propietarios y lamenta que "a pesar de la peregrinación de sus propietarios por los juzgados y diversas administraciones públicas denunciando la situación, el resultado hasta ahora ha sido nulo para sus legítimos intereses sobre su propiedad y se ven obligados incluso a seguir pagando el suministro de luz a quienes han ocupado ilegalmente su propiedad".
“Hay más de 300 personas que están hasta en el cuarto de la basura” y mientras “nosotros tenemos que seguir pagando impuestos de basura y otros, además de la luz”. “No nos permiten cortar la luz porque el juez señala que es coacción. Están enganchados al agua. Viven con total impunidad”.