Y eso que no la armaron tanto como cuando vencieron a Bélgica, pero el moro es rencoroso. La selección española de fútbol es mejor que la de Marruecos, bastante marrullera. Viendo el encuentro, uno se acordaba de la acusación de Cervantes: el moro es taimado. 

Pero sobre todo, lo que se percibía antes, en y después del partido, en Madrid, Barcelona, Ceuta y Melilla era una inquina muy especial hacia España. 

Para entendernos, el enemigo está dentro: somos nosotros y ellos. Nosotros, con un Pedro Sánchez, un hombre sin palabra y sin honor, que siente un pánico cerval al fracaso, y a quien, en consecuencia, Mohamed VI, le ha comido la merienda y también le merendará la cena. 

La especialidad de Sánchez es rendirse sin batallar, o sea, con diálogo. Los marroquíes ya le han tomado la medida y están encantados con él.

Y el otro enemigo que también está dentro son los marroquíes. Antes de que el feminismo fulminara la natalidad en España, el índice de natalidad español permitía asegurar las futuras generaciones, pero hoy ocho de cada 100 niños nacidos en España son marroquíes. La colonia bereber en nuestro días supera las 700.000 personas, ellos no son feministas. Y como contaba aquella gaditana que tenía como asistenta del hogar a una marroquí, que parecía contentísima con el trato que recibía en aquella familia tras 20 años de servicios... "pero si el rey de Marruecos me ordena asesinarles les asesinaría, claro está". Ya pueden ser la segunda generación de marroquíes acogidos en España, continúan odiando a España. 

Ya pueden ser la segunda generación de marroquíes acogidos en España, continúan odiando a España

Ahora bien, ¿Se han integrado en España? Ni mucho menos, siguen en sus guetos, no hay mestizaje y mantiene su eterno odio a España. Nos han traicionado una y otra vez a lo largo de la historia -el año pasado se cumplieron 100 años desde las matanzas de Abd el-Krim- mientras Sánchez sigue haciendo concesiones al sátrapa de Mohamed VI.

Ayer nos ganaron un partido porque España no dio la talla y porque Marruecos practicó hasta el asco sus marrullerías. Pero siguen siendo un polvorín que tenemos dentro. Podemos verlo o ignorarlo, pero hay que ser muy idiotas para, encima, decir que son nuestros queridísimos amigos. Y mucho me temo que con un Gobierno tan cobarde como el que tiene España, Mohamed VI de un paso más en cualquier momento. Porque el enemigo lo tenemos dentro y son dos, no uno: la cobardía de Sánchez y el odio de Mohamed VI a todo lo que suene a español. 

Lo del martes sólo fue un partido de fútbol pero muy ilustrativo: el enemigo está dentro, y es un doble enemigo: nosotros y ellos, Sánchez y Mohamed VI. El marroquí Sofiane Boufal lo dejó muy clarito: "es la victoria de todo el pueblo marroquí, de todos los pueblos árabes y de todos los pueblos musulmanes del mundo". ¿Comprenden? Y eso que ganaron por penalties e injustamente... pero ganaron a España, a Occidente, a la cristiandad. El enemigo está dentro