La Santa Sede ha hecho público, a las 12.00 h. de hoy, lunes 12 de junio, que el Papa Francisco ha nombrado arzobispo de Madrid a Mons. José Cobo Cano, actualmente obispo auxiliar de esta diócesis. Así lo ha comunicado la Nunciatura Apostólica a la Conferencia Episcopal Española (CEE). Desde 2014 era arzobispo de Madrid el cardenal Carlos Osoro, ha informado en nota de prensa la Conferencia Episcopal Española

El 29 de diciembre de 2017 se hacía público su nombramiento como obispo auxiliar de Madrid, asignándole la sede titular de Beatia (Baeza, Biatien-sis), que tenía como metropolitana a Sevilla. Recibió la ordenación episcopal el 17 de febrero de 2018.

En la CEE es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral social y Promoción humana. Dentro de esta Comisión, es el obispo responsable del departamento de Migraciones.

En rueda de prensa, Mons. José Cobo ha señalado que su función ahora será “guiar, predicar, celebrar pero sobre todo acompañar para que la diócesis llegue a donde Dios quiere que llegue”. 

“Yo empecé trabajando en Usera en Proyecto Hombre antes de ser cura. Eso marca”. “Madrid ahora mismo va reclamando una postura que es muy de la iglesia, que es estar al pie de la cruz. Y eso conlleva estar delante de los crucificados. Pero eso no es porque sea un carisma especial, sino que es una nota evangélica que nos va situando a todos”. “Puedo decir que espiritualmente y personalmente la mirada de los más pobres siempre me ha despertado y como a cualquier cristiano, le marca profundamente su fe”, ha apuntado el nuevo arzobispo de Madrid. 

En rueda de prensa, Mons. José Cobo ha señalado que su función ahora será “guiar, predicar, celebrar pero sobre todo acompañar para que la diócesis llegue a donde Dios quiere que llegue”

Preguntado por lo que pueden aportar los nuevos obispos, Asimismo, Mons. José Cobo ha afirmado que “podemos traer una capacidad o ganas de reubicar la iglesia dentro de nuestro mundo, quizá con otras claves, con otros lenguajes”. “Ese es quizá el reto, aunque sin perder el parámetro de lo ya andado”. “También el aportar una visión de nuevos que van apareciendo en nuestra sociedad”. “Pero no se trata tanto de innovar como de reencarnar el mensaje del evangelio en cada realidad que tenemos”. 

Y acerca de la hoja de ruta que va a seguir a partir de ahora, ha explicado: “Escuchar. Reunirme con todos los que tienen alguna responsabilidad personalmente en la diócesis, también con el presbiterio, para ir creando equipos de trabajo, ir creando pistas y así abordar el próximo curso”. “Lo que sí es verdad es que hay tres palabras que nos van a acompañar a toda la iglesia: la participación, la comunión y la misión”. 

"Madrid es una diócesis apasionante que tiene una vida laical desbordante: movimientos, asociaciones, parroquias, un montón de comunidades vivas y fuertes que sé que están ahí". 

"Me subo a un tren en marcha, no vengo a innovar nada. Es un tren que empezó ya hace tiempo, en el concilio, y que la diócesis ha ido rumiando a través de cada uno de sus obispos. Un tren que (sigue) las pautas de Evangelii Gaudium y que de ahí ha empezado a revitalizar".