Ministros indocumentados, siempre ha habido, pero del calibre de Mónica García, titular de la cartera de Sanidad, muy pocos. Como el viernes por la mañana no tenía otra cosa que hacer decidió presentar ante la prensa su plan contra el suicidio, un hábito que, cada vez más, anda al alza, vaya usted a saber por qué.
Sanidad responde a la “controversia” sobre suicidios de hombres: “Curiosamente quienes llevaban años quejándose de que nadie hablaba de problemas de los hombres ahora se indignan. Decir que no tiene que ver con el machismo es como negar que el tabaco causa cáncer”. pic.twitter.com/dkbAxDewUZ
— Wall Street Wolverine (@wallstwolverine) February 14, 2025
Ahora bien, ¿atajar el suicido y promover la eutanasia? Suena raro. Además, poco o nada puede hacer un Gobierno contra el suicidio: el mejor plan nacional contra el suicidio es el que no existe. De hecho, cuando la tele pública quiso ilustrar la importancia del susodicho plan, nos sacó a una ‘experta’ que nos dijo que si hubiera un registro de suicidas podrían adoptar una actitud más proactiva. ¿Qué es una actitud más proactiva en un funcionario público para evitar que alguien se tire por el balcón? No tengo ni la menor idea pero seguro que con este plan anti-suicidas se crean más puestos de funcionarios.
Esta sociedad ha huido de Dios, así que la gente ya no quiere vivir, sólo sobrevivir, porque le falta la esperanza. Por eso no tenemos hijos, por eso empezamos la vida laboral pensando en la jubilación, por eso desaparece todo espíritu de iniciativa...
A ver si nos entendemos: esta sociedad ha huido de Dios, así que la gente ya no quiere vivir, sólo sobrevivir, porque le falta la esperanza. Por eso no tenemos hijos, por eso empezamos la vida laboral pensando en la jubilación, por eso desaparece todo espíritu de iniciativa... En resumen, la gente no tiene un porqué para vivir y ya saben: sólo quien tiene un porqué para vivir, por ejemplo, a Cristo, acaba encontrando el cómo.