En su día, en Terrassa, se celebró la primera manifestación contra la islamización de España. Organizada por Vox y liderada por su edil en la localidad catalana, Alicia Tomás, congregó a cientos de personas, reunidas para defender "la civilización cristiana" y rechazan "la islamización" y la "inseguridad" que sufre la región.
Tomás afirmaba entonces: "El islamismo es una ideología político religiosa que atenta contra los derechos humanos y que acaba con nuestra civilización".
Poco a poco, escenas como esta se van repitiendo por la geografía española. Por ejemplo, en Canarias donde recientemente se escuchaba: "España cristiana y no musulmana".
🇪🇸🇮🇨 Contra la islamización de nuestra nación. pic.twitter.com/fl0D5H98CD
— Canario Today (@CanarioToday) June 26, 2025
La pregunta es: ¿Son compatibles cristianismo e islam, como aseguran los voceros de sincretismo tristón en el que nos quiere introducir el Nuevo Orden Mundial (NOM)? No, no lo son. Hay muchas razones filosóficas pero bastará con una ascética: para un musulmán, llamar padre a Dios es una blasfemia, Alá no es un dios de amor, sólo de justicia distributiva. Mientras que el Evangelio más valorado de la Iglesia comienza con la noción clave de toda la teología cristiana: Dios es amor. El musulmán carece de filiación divina. Por tanto, debe conformarse con su fe en una dios creador pero no redentor ni padre. Ahora métanse en su alma y enseguida comprobarán lo que eso significa: quien puede consolarse con un Dios todopoderoso, en el mejor de los casos clemente y solidario, pero nunca padre pendiente del hombre, su hijo. Verbigracia. Para un musulmán, un cristiano no es otra cosa que un enemigo al que matar… a la menor oportunidad. No, cristianismo e islam no son compatibles. Por tanto, convertir al mahometano al cristianismo es el único camino, cristiano, para afrontar la islamización de Europa.