J.K. Rowling, autora de 'Harry Potter', lleva años en la polémica, con una verdadera persecución y acoso al pronunciarse en contra de la ideología de género. Amada por sus libros, ha sufrido una cacería por todo el colectivo, al defender que sólo hay dos géneros: hombre y mujer. 

Sobre su opinión, hace unos días el Tribunal Supremo británico le daba la razón, y la escritora no ocultaba su alegría, compartiendo una foto en la que disfrutaba de una copa y un puro, lo que fue suficiente para que nuevamente se volcaran en su contra.

Las aguas parecían calmarse, pero ha vuelto a saltar la tormenta. Todo surge con una publicación de Emma Watson, quien dio vida en la película de Harry Potter a Hermione Granger. En ella se podía ver la frase del autor británico Matt Haig: "A la persona que dijo que le gusto más cuando no estoy despotricando sobre política: Me gusto más cuando no estoy ignorando el fascismo". La publicación fue vista como un ataque directo a Rowling.

A esta crítica se sumó Sean Biggerstaff, otro actor de la película: calificó a Rowling como "una multimillonaria obsesionada" y "absolutamente intolerante"

Tras estas declaraciones, más de 400 profesionales de la industria cinematográfica y televisiva firmaron una carta abierta pro-trans en la que exigían a los organismos del sector respaldar públicamente a la comunidad trans. 

La escritora no dudaba en contestar en sus redes sociales, asegurando que los firmantes están "motivados por el miedo", al tiempo que denunciaba la "la virtud elitista" que se esconde tras la iniciativa.  

Lo denominó como "un movimiento que pretende eliminar los derechos de las mujeres y las niñas", el cual "intimida a las personas homosexuales que admiten abiertamente que no desean parejas del sexo opuesto". Algo que sólo sirve para "recordarnos algo que sabemos de sobra: que fingir creer en estas cosas se ha convertido en una insignia de virtud elitista".

Rowling también cuestionó si las personas que firman esta carta "sienten algún reparo al repetir la mentira fundamental de su religión: 'Las mujeres trans son mujeres, los hombres trans son hombres'".

Para concluir, Rowling destacó que la ideología de género está comenzando a retroceder: "Las derrotas judiciales se acumulan. La condescendencia, la extralimitación y la agresividad de las activistas de género erosionan el apoyo público a diario".