La Iglesia Católica sigue ganando fieles (en concreto, a un ritmo de 15 millones anuales) en todo el mundo, sobre todo, por el crecimiento en África y América. Sin embargo, no todo son buenas noticias, porque caen las cifras de monjas, sacerdotes y seminaristas.

Así se puede ver en los datos que la Agencia Fides publica sobre el estado de la Iglesia mundial en torno a la jornada del Domund y de los que se han hecho eco Vatican News y Religión en Libertad, entre otros medios. En concreto, los correspondientes a 2020, año del Covid, registraron un total de 1.359,6 millones de católicos en todo el mundo, lo que representa algo más de una quinta parte de toda la población mundial (7.667 millones). Estos 1.359,6 millones de católicos suponen 15,2 millones más respecto al año anterior, incremento anual que suele ser el habitual a pesar del auge de Internet, los escándalos y las persecuciones (incluyendo secuestros y asesinatos) en multitud de países como recoge Hispanidad habitualmente y en especial en la sección 'Cristianos perseguidos' cada domingo. Y dentro de dicho aumento, destacan los 6,46 millones de fieles más que se han sumado en América y los 5,29 millones que se han sumado en África, siendo las dos grandes esperanzas para los fieles católicos.

En el ranking de cifras totales de católicos, de los 1.359,6 millones, el mayor número se concentra en América, con 653,67 millones, continente al que España fue el país que llevó la evangelización. Le sigue Europa, con 286,3 millones, tan sólo 734.000 más que en el año 2019; África, con 256,8 millones; Asia, con 151,87 millones (2,73 millones más); y a muchísima distancia Oceanía, con 10,93 millones, 9.000 menos que en 2019.

De los 1.359,6 millones de católicos, el mayor número se concentra en América, con 653,67 millones, continente al que España fue el país que llevó la evangelización. Le sigue Europa, con 286,3 millones, tan sólo 734.000 más que en el año 2019

Más fieles sí, algo que está muy bien, pero ojo, porque la cifra de monjas, sacerdotes y seminaristas católicos bajan, o sea, que las vocaciones están a la baja. En 2020, se registraron 619.546 religiosas, frente a las 739.000 de hace 12 años y bajaron en 10.500 en comparación con las de 2019. Por su parte, la cifra de sacerdotes, que hasta ahora se mantenía bastante estable e incluso se anotaba algún ligero incremento (en 2019 sumó 270), ha descendido en 4.117, hasta 410.219. Y las cifras de seminaristas mayores -tanto diocesanos como religiosos- han disminuido en 2.200, a 112.000, pese al crecimiento en África; y las de seminaristas menores han caído hasta 95.300. Eso sí, el número de diáconos permanentes ha crecido en 397 miembros, hasta 48.600; y el de religiosos no sacerdotes lo ha hecho en 274, a 50.569.

La Iglesia católica no sólo tiene relevancia en el papel estricto de la fe, sino también en los ámbitos educativos, sanitarios y asistenciales. De hecho, en todo el mundo cuenta con unos 67,53 millones de alumnos repartidos entre más de 222.000 guarderías, escuelas primarias y secundarias, centros de educación superior y universidades. A estos se suman los beneficiarios de los 5.322 hospitales; 14.415 dispensarios; 534 leproserías; 15.204 residencias de ancianos, enfermos crónicos y discapacitados; 9.230 orfanatos; 10.441 jardines de infancia; 10.362 centros de asesoramiento matrimonial; 3.137 centros de educación o reeducación social; y 34.291 instituciones de otro tipo que gestiona la Iglesia católica en todo el mundo. Todas estas cifras demuestran gran parte del bien que la Iglesia católica realiza, pero la mayoría de los medios sólo dan protagonismo a lo malo (los escándalos).