Los únicos países donde está legalizada la eutanasia son Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, Australia y, desde el año pasado, también España.

Todos ellos han traspasado la frontera ética de que la vida es sagrada y ni uno mismo y ni mucho menos un tercero puede disponer de ella. Esa frontera ética está en la conciencia de todas las personas del mundo, y por eso solo esos seis países han aprobado la eutanasia hasta ahora, tal y como ha destacado Hispanidad.

En estos países está ocurriendo que se empieza permitiéndola sólo en casos excepcionales y por voluntad propia, pero se termina aplicándola sin restricciones, a cualquier persona e incluso en contra de su voluntad, y de manera especial a los más débiles y vulnerables: enfermos mentales, ancianos, discapacitados sobre todo intelectuales..., que no pueden defenderse ante la decisión de otros -el Estado, un médico, los jueces, los políticos, sus familiares- sobre sus vidas.

Se trata de un plano inclinado o pendiente deslizante muy difícil de parar que provoca que la vida no tenga ningún valor, especialmente la de los más débiles y vulnerables, y que sea a ellos a quienes se termine aplicando al eutanasia sin su consentimiento.

Hay muchos ejemplos de esa pendiente resbaladiza. También en lo que se refiere al aumento de las eutanasias.  

Por ejemplo: cada dos días muere una persona por eutanasia en Australia Occidental, solo ocho meses después de la introducción de la «muerte asistida voluntaria» en el estado, según las cifras publicadas la semana pasada por el ministro de Sanidad de Australia Occidental, y las cifras van a aumentar rápidamente, recoge Infocatólica de CatholicWeekly.

Otro ejemplo lo recoge también Infocatólica de LifeSiteNews: en Países Bajos, en 2021, nada menos que 7.666 pacientes fueron asesinados a petición, lo que representa un aumento de más del 10% en comparación con 2020 y el 4,5% de todas las muertes en el país (170.839), según el último informe anual de las Juntas Regionales de Revisión de la Eutanasia (RTE). Esta proporción también va en aumento. En 2020, fue del 4,1%.

El número de actos de eutanasia realizados en los Países Bajos ha aumentado constantemente desde su aprobación, en 2002

Holanda fue el primer país del mundo en legalizar la eutanasia, y la ley entró en vigor hace 20 años, el 1 de abril de 2002.

El número de actos de eutanasia realizados en los Países Bajos ha aumentado constantemente desde 2002. Entre 2003 y 2006 se produjeron menos de 2.000 actos de eutanasia al año; desde entonces, los aumentos anuales de alrededor del 10% han sido la norma, excepto por una caída en 2018 y 2019 en comparación con 2017. Esas cifras volvieron a caer a unos 6.000. En 2017, se había alcanzado la marca de 6.500.

Las afecciones nerviosas, las enfermedades cardiovasculares y las pulmonares representaron algo más de 1.000 actos de eutanasia en 2021.

La demencia (215) y las dolencias psiquiátricas (115) representan solo una parte del total, pero su porcentaje «crece ligeramente», según las cifras oficiales. Son especialmente escalofriantes porque se trata de personas que no están cerca de la muerte y que deciden «salir de la vida» por su profunda infelicidad y desesperación.

En España,Vox ha registrado en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley (PNL) instando al Gobierno a publicar las eutanasias practicadas durante el último año, informa El Debate.

De un lado, el partido ha solicitado al Gobierno de Pedro Sánchez que «elabore y publique un estudio, partiendo de la base de los datos oficiales recabados de todas las Administraciones Públicas, sobre la incidencia de la eutanasia en nuestro país desde la aprobación y posterior entrada en vigor de la Ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, de regulación de la eutanasia».

De otro, el partido ha exigido que se detallen «los procesos a través de los cuales se están llevando a cabo» dichas eutanasias. También, «las diferencias entre regiones». Unos datos que según afirma la formación, han sido «recabados a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud».

En ese sentido, la diputada de Vox y jurista Lourdes Méndez ha dicho a El Debate: «Nos inquieta cómo se están realizando las eutanasias en los domicilios».

«Hay algo que nos produce inquietud en las eutanasias que se están realizando en los domicilios y que, al parecer, son bastantes», afirma la diputada. «Nos informan que parece ser que el médico no se queda» en el domicilio «hasta que al que han 'eutanasiado' se muere. Parece ser que le suministran una inyección y dejan ahí a las personas».

Preguntada por si otros grupos parlamentarios apoyarán la solicitud de Vox, Méndez entiende que «es un tema sobre el que no tienen por qué oponerse: saber cómo, de qué manera y cuántas eutanasias se están realizando» en España.