El brindis de Felipe VI decía así: 

“Bienvenidos de nuevo a esta hermosa y mágica ciudad. Gracias por honrarnos con su presencia y, por favor, disfruten de esta velada”, terminaba con la propuesta de alzar todos sus copas y brindar por la “magnífica ciudad” que les había acogido y por dejarse seducir por “el espíritu de Granada”. Letizia no sabía qué hacer, pues era la única sin copa en la mano. Entoces, su Majestad acudió en su auxilio... pero de aquella manera. Pinchen en el siguiente enlace para disfrutar de la real anécdota.