Dom Toretto lleva una vida en paz junto a Letty y su hijo, pero todo salta por los aires cuando los errores del pasado vuelven a primer plano y amenazan con arrebatarle lo que más quiere. No obstante, su equipo le ayudará para detener el plan ideado por un astuto asesino respaldado, por desgracia, por nada menos que su hermano Jakob.

Novena entrega de una de las sagas más populares para los aficionados a la acción. Pionera en situar a personajes femeninos en un ámbito tan aparentemente masculino como es el de la velocidad, en esta nueva incursión todavía son más guerreras, y se lucen más, a los mandos de motos o coches de alta cilindrada o en peleas cuerpo a cuerpo.

Tras haber dirigido la tercera, cuarta, quinta y sexta entregas de la saga, regresa el cineasta Justin Lin, pero siguiendo la máxima de “si funciona no lo cambies”, a su lado repiten los artífices técnicos del indudable éxito de la saga, en un film que recorre el planeta a todo gas, desde Londres a Tokio, desde Centroamérica a Edimburgo, y desde un búnker secreto en Azerbaiyán hasta las populosas calles de Tiflis.

La señal diferenciadora con respecto a películas anteriores es que, argumentalmente, resulta más disparatada en las escenas de acción, así la que transcurre en el espacio provoca carcajadas y parece escrita bajo la influencia de “alucinógenos”. Por el contrario, despierta más interés la trama “emocional” y la relación competitiva de los dos hermanos. El nuevo fichaje, Jakob, está encarnado por el musculoso John Cena frente a un Vin Diesel muy consolidado en su personaje.   

Dentro de la historia hay cierto caos a la hora de explicar el elemento “Macguffin” y no tiene recorrido, ni se justifica, la presencia de la veterana actriz Helen Mirren. Dura la friolera de 145 minutos.

Para: los no exigentes que busquen simplemente desconectar. Los seguidores incondicionales de la saga.