Libros recomendados
Sería finales de los años 60 cuando iba acompañando a mi abuelo en su flamante Seat 1500 azul oscuro, y mientras lo conducía su chófer -mi abuelo iba con chofer, porque podía y lo quería-, cuando bajábamos por la calle Donoso Cortés de Madrid y, me contó, que aquella calle tenía ese nombre porque el rey -un rey, no me dijo el nombre- iba de caza por aquellos montes de entonces cuando se cruzó con un oso y este, al darse cuenta de que era el rey, le hizo una reverencia y le dejó pasar primero. El monarca dijo a sus acompañantes que aquella zona se llamaría desde entonces el bosque de Don oso cortés. Esta anécdota, se me quedó grabada de por vida. Luego, leer y estudiar hizo que descubriera que aquel oso realmente era Juan Donoso Cortés, un político católico del siglo XIX que supo advertir del futuro social a través de las democracias liberales, como muy bien cuenta en su Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo.
Pero de las inocentes anécdotas con nuestros abuelos que no tienen malicia alguna, hemos dado un salto de perversidad en la sociedad en la que como he escrito otras veces la mentira se ha normalizado hasta justificarla, porque se demuestra una y otra vez que no acarrea ningún tipo de consecuencia penal, ni moral, ni social. Se miente y punto, y lo hacen los políticos, los periodistas y el vecino del cuarto…
Hace meses el gobierno Pedro Sánchez, al que más mentiras se le han desenmascarado, especialmente al mismísimo Sánchez, quiso poner freno a las denominadas fake news e incluso buscó quiénes pudieran ser los vigilantes de la verdad, es decir rastreadores de la mentira. Surgió por birlibirloque Maldito bulo amparado en maldita.es con personajes todos relacionados con Atresmedia, y la prueba está en las declaraciones que hacen sus propios organizadores. Atentos: «No hubiéramos llegado hasta aquí sin El Objetivo de laSexta, donde tenemos una sección semanal. Además colaboramos en otros programas de la cadena (Al Rojo Vivo, Más Vale Tarde, laSextaNoche) y nos puedes escuchar diariamente en Julia en la Onda. También hemos escrito en eldiario.es y participado en las entrevistas electorales de Rac1 en las elecciones catalanas de 2017». Es decir, un grupo de tendencia zurda, de alegres chequeras y de mentalidad maniquea. Claro, cada dos por tres caen en el descrédito más absoluto porque como se han convertido en la policía de verdad, su verdad, somos muchos los que se sienten permanentemente censurados en las redes sociales, por sus ideas o su visión del mundo.
Los grandes gurús como Facebook, Twitter, YouTube y Google se han sumado al carro de ser dios y ellos deciden qué está bien decir y qué no, qué es delito de odio y qué es ofensivo para el mundo, como por ejemplo ha sucedido en varias ocasiones con Hispanidad.com al que le retiran de sus canales porque lo que dice es demasiado católico, demasiado claro o demasiado directo
Por supuesto, los grandes gurús como Facebook, Twitter, YouTube y Google se han sumado al carro de ser dios y ellos deciden qué está bien decir y qué no, qué es delito de odio y qué es ofensivo para el mundo, como por ejemplo ha sucedido en varias ocasiones con Hispanidad.com al que le retiran de sus canales porque lo que dice es demasiado católico, demasiado claro o demasiado directo.
Otro aspecto de la mentira fundamentada es el ya clásico Yo sí te creo hermana en la que por el hecho de ser mujer -feminista y de izquierdas, las otras no cuentan- hay que creerlas sea lo que sea. Sin duda, una manera de desmontar uno de los pilares fundamentales de la democracia, que es la presunción de inocencia hasta que las pruebas evidencien la verdad. Así han conseguido que se tambalee la imparcialidad a la que todo mundo tiene derecho, o al menos lo han hecho ante el sumarísimo juicio popular... Irene Montero y su Unidas Podemos son los artífices de esta basura ideológica, carro al que se han apuntado los partidos progres como el PSOE -por activa-, el Partido Popular -por pasiva- y Ciudadanos -por activa y por pasiva-.
Y de estos polvos -el yo sí te creo…- estos lodos: las denuncias falsas, claro, es lógico, ¿por qué no, si decir lo que se quiera no tiene consecuencias? El exministro de justicia Juan Fernández Aguilar, promotor de la Ley de Violencia de Género cuando gobernaba el infausto José Luis Rodríguez Zapatero, dejó la semilla echada cuando declaró en 2006 que «las denuncias falsas son un coste asumible de la LIVG». Luego, entre otros muchos, recibió taza y media de su misma injusticia cuando fue denunciado por su hijastro por malos tratos a su expareja, y que pronto salió a declarar en su salvaguardia: «No soy un maltratador; todo es falso y voy a defender mi inocencia».
Otro aspecto de la mentira fundamentada es el ya clásico "Yo sí te creo hermana" en la que por el hecho de ser mujer -feminista y de izquierdas, las otras no cuentan- hay que creerlas sea lo que sea. Irene Montero y su Unidas Podemos son los artífices de esta basura ideológica, carro al que se han apuntado los partidos progres como el PSOE -por activa-, el Partido Popular -por pasiva- y Ciudadanos -por activa y por pasiva-
Recientemente, debido a la ya famosa denuncia falsa de Malasaña, la sociedad entera se ha contraído ante el espectáculo de manipulación de ciertos medios de comunicación. Al patrañero denunciante le han abierto diligencias por «simulación de delito, contemplada en el artículo 457 y castigada con multas de entre seis y doce meses» para quienes simulen ser "responsables o víctimas" de delitos "inexistentes". Bien, es lo mínimo por farsante… Pero, ¿y los medios de comunicación que sin haber investigado, sin conocer los hechos reales, se lanzaron a la difamación de personas y partidos políticos? También se merecen su ración por difundir mentiras sin contrastar, pero parece ser que algunos periodistas, nunca se equivocan o jamás tienen culpa de nada. No, eso no es derecho a la información sobre todo si no es veraz; tampoco libertad de expresión si la fuente está basada en mentiras; y en todo caso denota falta de profesionalidad por ausencia de prudencia informativa.
Diez mitos de la democracia (Almuzara) Alfonso Galindo y Enrique Ujaldón. Los autores, especialistas en pensamiento político, analizan diez mitos de la democracia que corren el riesgo de convertirse en dogmas excluyentes: los de pueblo, participación, privado-público, derecha-izquierda, libertad, igualdad, entre otros. Pero es preciso no olvidar su carácter de mitos, es decir, de creencias y rituales contingentes y revisables, para que el brillo falso no nos deslumbre y aprendamos a diferenciar la mena de la ganga.
¿Por qué las fake news nos joden la vida? (LID) Marc Amorós. Dime la verdad: ¿te preocupan las fake news? ¿Te has creído alguna, alguna vez? El 86 % de la gente, sí. ¿Te crees capacitado para diferenciar las noticias reales de las falsas? El 60 % piensa que sí pero solo lo está el 15 %. Y los demás, ¿crees que son capaces? ¿Más que tú? ¿O menos? El 63 % cree que las personas normales ya no son capaces de diferenciar las noticias reales de las fake news. ¿Estás preparado para luchar contra las fake news.
Presunción de culpabilidad. ¿Estado de derecho? (Almuzara) Francisco Barrionuevo. Una macrocausa, la de Invercaria, sirve de hilo conductor y como ejemplo icónico, precisamente por las motivaciones políticas, son el ejemplo de cómo se podría contaminar todo el proceso.Lo mismo sucede con la presunción de inocencia a todos los niveles. Un libro muy dirigido a expertos del derecho pero que otros muchos afines encontrarán en él un aliciente importante para comprender qué sucede más alla de la ley y las causas y las consecuencuias de una mala práxis jurídica.