Una imagen vale más que mil palabras y una representación teatralizada, también. Eso debió de pensar un padre en EE.UU. cuando se presentó, disfrazado de romano, afirmando que era Julio César y, también una mujer, en una junta escolar del colegio de sus hijos. El hombre quería poner de manifiesto incoherencias de la ideología de género y defender así una educación sana para sus hijos. O sea, contra la ideología de género.