Lo ha dicho una jueza canaria: una madre no tendrá que vacunar a su hija pequeña porque su señoría no tiene claro que la ciencia haya llegado a conclusiones ciertas. Bueno, es un rayo de luz que se abre en la oscuridad y que se une a la pelea estadística que se suma a las cifras variantes sobre si los ingresados en los hospitales son más o menos con vacuna que sin ella.

Por mucha prudencia que exijan el Covid empieza a verse como lo que se supone que pasará a la historia: una gripe cabreada

La co-gobernante Carolina Darias ha puesto el test de antígenos por debajo de los 3 euros. Esto no es bueno para el Covid y es malo para la histeria, porque el virus remite, la histeria no. Nuestras narices van a quedar muy deterioradas, nuestro sistema nervioso no creo que pueda deteriorarse más. Es lo que tiene la neurosis.

Novak Djokovic: detenido y casi deportado. No es extraño que mintiera

Novak Djokovic ha mentido, así que le han paralizado el visado y podría ser deportado a Serbia. Por supuesto. Esta normativa superpuesta y liberticida no permite otra cosa que mentir. Bueno, y la rebelión: por ejemplo, para no ir con el bozal puesto por la calle. En Francia, con ‘Lolito’ Macron amenazando con fastidiar -vulgo joder- a los no vacunados, las protestas se disparan y un tribunal ha sentenciado que no se puede obligar a llevar mascarilla por la calle.

Antígenos baratos: nuestras narices van a quedar muy deterioradas

Mientras la Corte Suprema norteamericana le arrea una colleja a Joe Biden: las empresas con más de 100 trabajadores no tendrán que vacunar a sus trabajadores de forma obligatoria. Pero no se preocupen, de histeria hablamos, que Google, JP Morgan, Goldman Sachs o Citigroup ya se han encargado de forzar a la gente.

Rebelémonos contra la estupidez: en espacios abiertos, sin mascarilla. En París ya hay orden judicial

El virus remite, la histeria no.