Merece la pena escuchar el presente vídeo del presidente de los Estados unidos, Joe Biden, quien, ante un selecto grupo de directivos norteamericanos, no dudó en hablar del Nuevo Orden Mundial (NOM) que, se supone, debería instaurarse tras la pandemia. 

Lo cierto es que el discurso de Biden parece elaborado por un grupo de avispas aceleradas por el sonido de una gaita asturiana, siendo este instrumento el que ha construido la definición más rigurosa sobre lo que es un caballero: un hombre que sabe tocar la gaita y que no lo hace jamás.

Y así, la argumentación de 'Yayoyou': relaciona los muchos muertos habidos entre 1900 y 1946, cifras de mortandad que luego han caído, gracias, según él, al orden liberal. Y claro, como han caído, según el enloquecido discurrir de Joe, resulta que hay que poner en marcha un Nuevo Orden Mundial (NOM).

Sí, comprendo que Albert Einstein quedaría forzosamente complacido con un rigor argumental del calibre de 'Yayoyou', pero lo cierto es que la mentalidad del presidente USA está poniéndose de moda en este periodo postpandemia. Claro que hay otros mandatarios, verbigracia, Pedro Sánchez, que pretenden que la pandemia no ha terminado, ergo intentan alargar el mal del que tantos bienes obtienen.

De lo que hablo es de una mentalidad perversa, donde se aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid para organizar una regata de traineras. Es decir, se aprovecha el virus para reducir las libertades individuales en nombre de los derechos universales. Que eso, y no otra cosa, es la consecuencia de todos los "nuevos órdenes mundiales". Y lo peor es que el Covid ha creado una sociedad servil, sumisa y aborregada, muerta de miedo ante la posibilidad de morir y, por tanto, dispuesta a aceptar cualquier limitación de su libertad, hasta las más majaderas, con tal de sobrevivir... por muy penosa que resulte una vida que es mera superviviencia.