
¿Qué ocurre cuando una denuncia falsa le cuesta a un padre cuatro años sin ver a su hijo? Le sucedió a un gijonés que convivía con su pareja, ambos con discapacidad, en una vivienda del concejo de Caravia. Tenían un hijo en común. Cuando el chico cumplió los 14 años, la relación estalló por los aires: la mujer presentó una denuncia por malos tratos psicológicos y amenazas. Cuatro años después una sentencia firme determina que el hombre no cometió los delitos que se le atribuían.

Cuatro años sin poder ver a su hijo. Cuatro años con una orden de alejamiento que le impedía acercarse no solo a su expareja, sino también al menor. Cuatro años temiendo una posible condena de hasta tres años de cárcel por malos tratos y amenazas.
Según Astruriasmundial, en su relato, la mujer presentó a su compañero como un hombre “machista”, controlador, que la obligaba a pedir permiso “para todo” y a trabajar en la huerta. Aseguró también que él utilizaba un bastón o vara que exhibía con frecuencia y que le advertía de que “era el bastón el que mandaba en casa si no le obedecía”. Ese supuesto bastón-amenaza se convirtió en una de las imágenes centrales del procedimiento.
Con esa denuncia sobre la mesa, el juzgado acordó una orden de alejamiento que impedía al hombre acercarse tanto a su expareja como a su hijo, menor de edad. El mensaje implícito del sistema fue claro: primero proteger, luego ya veremos. El problema es que el “luego” se ha alargado casi media década.
El chaval, según el propio relato del caso quiso varias veces ver a su padre. Pero, sus intentos de retomar el contacto no prosperaron mientras las medidas cautelares siguieran en vigor. Con el tiempo, dejó de vivir con su madre, se fue con su novia y llegó incluso a tener un hijo. El padre, por la orden de alejamiento, tardó en conocer a su nieto.
En la resolución judicial, el juez subraya la “ausencia de toda corroboración objetiva” de los hechos descritos por la mujer. Ninguno de los testigos escuchó amenazas, ni insultos, ni vio episodios claros de maltrato. El famoso bastón que “mandaba en casa” nunca fue observado en ese contexto por nadie más.
En consecuencia, el juzgado absuelve al acusado de todos los delitos. No hay condena, no hay antecedentes, no hay cárcel. Legalmente, este hombre sale limpio. Humanamente, sale roto. Y como él, más casos, como el que les contamos ayer en Hispanidad, el de Jonatan Tosseti.
O este otro caso, el de un padre separado de su hijo: "Dice mi madre que me pegas": cuenta cómo le quitan el régimen de visitas y le ponen una orden de alejamiento de su hijo durante tres meses.
Hay miles de padres sufriendo cosas así pic.twitter.com/OexuJwudh8
— Willy Tolerdo (@WillyTolerdoo) November 24, 2025
Mientras, quienes niegan la existencia de las denuncias falsas, defienden sus posiciones con argumentos como este -referente al libro "Esto no existe", del periodista Juan Soto Ivars:
Momento charo del día. pic.twitter.com/4mY8fbE9kY
— Wall Street Wolverine (@wallstwolverine) November 19, 2025










