En Hispanidad nos hacíamos eco de la realidad de muchos ucranianos en España, olvidados por el Gobierno de Sánchez, entonces, tras 6 meses de guerra. Ahora ha pasado un año y las cosas no han mejorado para ellos. 

Fundación Madrina denuncia que muchos de ellos han pasado del estatus de refugiado a mendigos en las “colas del hambre”, esperando durante meses unas ayudas que nunca llegan, ayudas propuestas por Fundación Madrina y que están aprobadas por el Ministerio de Inclusión.

Madrina, que ha rescatado cerca de 1.000 refugiados acogidos en 1.800 familias y 300 pueblos de la España vaciada, destaca que más de la mitad de los refugiados acogidos en España -134.000- han regresado a su país o a otros destinos europeos, ya que se encontraban peor en España que en la hostilidad de la guerra en Ucrania. 

España parecía prometer la esperanza de un futuro mejor con trabajo y hogar, pero la realidad es que tan solo ofrece un 13% de empleabilidad. Si un día España fue el tercer país de Europa en registros de protección de refugiados, hoy más de la mitad de ucranianos migran a otros países de Europa, donde la protección del refugiado es mejor.

También cabe resaltar que España fue uno de los países europeos con mayor iniciativa privada de acogida en hogares a refugiados, solo superado por Polonia, pero a día de hoy hay cientos de familias en situación de calle. Madrina sigue demandando más medidas de apoyo al refugiado, como homologación exprés de títulos universitarios sanitarios y de ingenierías, para facilitar el acceso al trabajo y apoyo con avales administrativos para acceder a alquileres sociales.

Por cierto, hablando de Polonia, recientemente, RTVE no se cansaba de repetir que había decaido la solidaridad de los polacos con los refugiados ucranianos, al retirarles, después de un año, el Gobierno de Varsovia las ayudas por acogida, cuando, no lo olvidemos el país presidido por  había acogido 1 millón y medio -recuerden también, España, 134.000-.