Sr. Director:

Hoy se habla mucho de laicidad y de laicismo; pero pocos saben el significado de esas palabras, positiva la una y negativa la otra.

Con motivo de la visita de Benedicto XVI a Francia, monseñor Munilla ha escrito una carta muy interesante sobre el tema. Por lo que nos atañe,  entresaco algunas de sus palabras, que comparto:

"La historia nos enseña mucho sobre las relaciones Iglesia-Estado. Cuando los estados han conseguido controlar a la Iglesia, interviniendo incluso en el nombramiento de los obispos (como es el caso actual de la Iglesia Católica Patriótica de China), entonces, curiosamente, cesan en su reivindicación del principio de laicidad y la separación del orden religioso y temporal. Pero, por el contrario, si los estados no consiguen someter la Iglesia al sistema político, entonces, la ambición del poder absoluto se transforma en reivindicación laicista.

En el momento presente, es llamativo que el Estado francés -constitucionalmente laico- evolucione hacia una mayor estima y tutela del hecho religioso; mientras que el Estado español, cuya Constitución se proclama "aconfesional" (¡ni tan siquiera laica!), camine por los derroteros de un laicismo negativo, de claro corte anticlerical.

Baste mentar las continuas dificultades que la asignatura de Religión está padeciendo en la escuela pública, la imposición de la Educación para la Ciudadanía contra la voluntad de los padres, los proyectos de ley violadores de la ley natural (suicidio asistido y aborto libre), etc, etc."

Keka Lorenzo de Astorga

kekalorenzo@gmail.com