El estadio madrileño de La Peineta, futuro estadio olímpico para las aún no conseguidas Olimpiadas Madrid 2012, con capacidad para 70.000 espectadores, se convertirá en el nuevo campo de fútbol del Atlético de Madrid. En otras palabras, el club que preside Enrique Cerezo cede el viejo Vicente Calderón al Gobierno regional a cambio de varias cosas: poder jugar en La Peineta y, atención, 200 hectáreas en los alrededores de Madrid, probablemente en la zona de la Nacional V, en los terrenos militares de Campamento. Además, afirman los malpensados, Cerezo recibiría un trato de favor en Telemadrid, que no en vano es el mayor propietario de derechos sobre cine español (por ejemplo, del cine porno español lo tiene todo, y representa cerca del 10% de sus existencias).

En Campamento,  a las afueras de Madrid, se construiría la nueva ciudad deportiva del Atlético de Madrid, con residencias anexas para los chavales de la cantera y alguna que otra residencia, pero también quedaría suelo abundante para vivienda libre, que es donde está el negocio. La inversión inmobiliaria total podría rondar los 200 millones de euros.

Todo esto es lo que han acordado Enrique Cerezo y el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. González es el hombre de confianza de Esperanza Aguirre, aunque la presidenta está enfadada con él. Torció el gesto cuando se enteró de que González habló con el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, para advertirle que Aguirre pelearía contra Gallardón por la Presidencia del Madrid pero que sus ambiciones no acababan ahí: Esperanza quiere ser líder del Partido Popular.

Volviendo al Atlético de Madrid, antes equipo del pueblo y ahora convertido en el club de la derecha, toda vez que Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, se lleva a las mil maravillas con el principal sostén de Zapatero, el editor Jesús Polanco.

En conclusión, el Atlético de Madrid se convierte en el equipo de derechas, justo en Madrid, pieza clave para la estrategia del PP en la oposición.