El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, convocó ayer una reunión informal de trabajo con los líderes de varios Estados miembros de la UE el domingo en Bruselas, a fin de abordar el asunto de la inmigración de cara al Consejo Europeo de la próxima semana. En concreto, Juncker ha convocado a los jefes de Estado y de Gobierno de Francia, Alemania, España, Italia, Grecia, Bulgaria, Austria y Malta. Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó ayer una orden ejecutiva para detener la separación de los niños inmigrantes de sus padres cuando éstos son detenidos en la frontera sur, algo que ha generado críticas en todo el mundo. "No nos gusta ver a las familias separadas. Al mismo tiempo, no nos gusta que la gente entre ilegalmente en nuestro país", declaró Trump a los periodistas en el Despacho Oval.

En España, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, se reunirá el próximo 9 de julio en La Moncloa con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien pidió por carta al Rey mantener un breve encuentro este viernes en Tarragona con motivo de la inauguración de los Juegos del Mediterráneo. El jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, remitió esa carta al presidente del Gobierno de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 64.1 de la Constitución, que dispone que "los actos del Rey serán refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes".

Los candidatos a la presidencia del PP empezaron ayer a sumar apoyos entre exministros, dirigentes y cuadros del partido, que poco a poco van abandonando la neutralidad para expresar en público sus preferencias e incluso su incorporación a alguna de las candidaturas. Los siete candidatos que optan a presidir el PP arrancarán este sábado la campaña electoral interna y dispondrán de 12 días para buscar apoyos entre los afiliados de la formación. De momento, Pablo Casado ha ganado la batalla de los avales al conseguir 5.000, frente a los 3.336 de Cospedal, mientras que Santamaría no facilitó el número de los conseguidos. Mientras, Rajoy se reincorporaba a su trabajo como registrador en Santa Pola.