(Oído en radio, visto en TV) Rocío Monasterio-Vox (TVE): "No me extraña que el señor Illa huya. Imagínese lo que es gobernar con el presidente Sánchez o con los datos del señor Simón que no acierta una"

En TVE, Rocío Monasterio, de Vox, ha dicho sobre Salvador Illa: "No me extraña que el señor Illa huya. Imagínese lo que es gobernar con el presidente Sánchez o con los datos del señor Simón que no acierta una".

Monasterio ha celebrado que la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y el vicepresidente, Ignacio Aguado, después de "dos años" se hayan puesto "de acuerdo" para presentarles un borrador de las cuentas autonómicas. "Todavía no hemos tenido acceso a la totalidad del borrador y esperemos que en los próximos días nos lo presenten. Nosotros no nos sumamos a los Presupuestos; nos sentamos y estudiamos partida por partida y programa por programa y opinamos lo que nos parece bien y mal".

Ha insistido en que es "fundamental reactivar la economía" y piensa que poner límites de cierre a la hostelería "no es eso". "Confinar la hostelería es confinar la economía. Madrid tiene que abrir la hostelería y aprender a convivir con el virus. Reforzar los tests, el rastreo y la capacidad sanitaria". "No tiene sentido contratar, por ejemplo, a una directora de Comunicación al Hospital Zendal y que ese dinero no se destine a Enfermería".

Monasterio ha pedido "cerrar Barajas a la cepa brasileña" y asegura que no es realista pensar que para el verano estaremos "todos vacunados".

En la COPE, Pablo Avilés, investigador de PharmaMar, la empresa farmacéutica gallega que desarrolla la Aplidina, ha explicado que experimentos realizados hasta la fecha “confirman" que la Aplidina es "hasta 100 veces más efectiva que el Remdesivir” para el tratamiento de la covid-19.

El estudio liderado por el virólogo español Adolfo García-Sastre, del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, queha pasado ya por una primera fase "in vitro y que ha sido confirmado posteriormente en modelos animales relevantes de la infección”, acaba de ser publicado en la prestigiosa revista científica 'Science'.

La Aplinina, explica el científico, “es una antiviral con efecto claro sobre la replicación del virus. La ventaja fundamental que los investigadores han demostrado es que actúa a través de una diana dentro de la célula infectada. Una vez que el virus penetra e intenta apropiarse de la maquinaria celular, Aplidina impide que esa apropiación sea efectiva". Es decir, "interrumpe la replicación viral dentro de la célula infectada, destruyendo la posibilidad de propagación”.

Y algo importante, este proceso es posible independientemente de la cepa del virus que se trate. “Hasta ahora las mutaciones de las cepas nuevas están focalizadas en la proteína “S” que es la llave por la que el virus entra en la célula. Nosotros actuamos cuando el virus está ya dentro de la célula”, ha explicado.

En la COPE, el economista José María Gay de Liébana afirmaba: "El envejecimiento poblacional y poder mantener el actual estado del bienestar son desafíos de grueso calibre. Nuestra esperanza de vida apunta a los 87 años y en poco tiempo España tendrá más de 12 millones de personas mayores de 65 años y 11 millones de hasta 24 años, siempre que la pandemia no dé al traste con esas predicciones. Se invierte la pirámide demográfica. La tasa de dependencia -proporción entre la población dependiente y la activa- del 29,5% va en aumento. Hay que favorecer la conciliación laboral y familiar, más niños y menos dudas sobre nuestras pensiones… Y habrá que acompasar nuestro mercado de trabajo y la política migratoria, si hay trabajo.

Si las cuentas públicas notan el fuerte impacto del envejecimiento poblacional, en lo concerniente a pensiones, gasto sanitario y cuidados de larga duración –332.000 millones € en 2021, 56,4% del gasto público y no lejos del 30% del PIB -, la tendencia va en aumento. El envejecimiento no solo viene causado por la mayor esperanza de vida, sino por la falta de nacimientos. El protagonismo de las pensiones cobra fuerza en el gasto público: 163.000 millones € en 2021. Más pensionistas, 8,9 millones, y menos afiliados a la Seguridad Social, 18,9 millones. Se dejó en suspenso la reforma de 2013, reclamada por Europa. Aunque se niegue por activa y por pasiva, la sostenibilidad de las pensiones está en juego, la hucha vacía y la deuda de la Seguridad Social es 85.354 millones €. Otros países europeos cuentan con mecanismos de ajuste de la esperanza de vida y las prestaciones, incluyendo la edad de jubilación, y estabilizar el sistema de pensiones. Hemos de asegurar que las contribuciones realizadas tengan la debida correspondencia con las prestaciones que se reciban. ¿Estamos por la labor? Con un paro juvenil de más del 40%, lo dudo".

En la SER, Ángels Barceló denunciaba: "Es fácil, esta vez, adivinar qué es lo que se ha hecho mal. Se hizo mal la celebración de la Navidad y después de las celebraciones se hizo mal la toma de decisiones que siempre nos lleva a ir por detrás del virus. Suben los contagios y cerramos todo, nunca cerramos todo para que no suban los contagios. Esto sería lo normal, pero arriesgarse y tomar decisiones de este tipo tiene sus costes y nadie quiere asumirlos, y digo nadie porque en esta estrategia están todos, Gobierno central y comunidades autónomas, partidos en el gobierno y partidos en la oposición.

Se miran unos a otros esperando que sea el otro el que tome la decisión más arriesgada, y seguro que cuando la tome, le acusaran por ello. Es todo muy cansino. El Gobierno no puede contar con tener a la oposición a su lado en un momento como este, y esto es terrible. Ayer mismo, Pablo Casado insistía en la gran barbaridad que repite insistentemente el PP, le recriminaba en un tuit a Pedro Sánchez estar más pendiente de sacar votos que de salvar vidas. Es una auténtica barbaridad.

La oposición del PP ejerce de freno a las posibles iniciativas del Gobierno que tampoco se atreve a más, y así vamos de pico en pico. Lo resumió perfectamente ayer, aquí, Iñaki Gabilondo, España no funciona”.

En Onda Cero, Rubén Amón lanzaba sus preguntas: "Se disparan y se disparatan los casos en España, casi 100.000 en el fin de semana. ¿Y qué dice Fernando Simón? Pues que tendríamos que hacer un esfuerzo por incrementar el control.

¿Por qué no hacen ministro a Simón, ahora que deja la plaza vacante Illa?

¿Y por qué el Gobierno trata la pandemia como un problema ajeno, como una catástrofe natural?

¿No lo demuestra que el presidente del Gobierno, Sánchez, vaya a acompañar a Illa en uno de cada tres días de campaña?

¿Y en qué país serio un ministro de Sanidad abandona el cargo para ocuparse de una campaña autonómica y lo hace sin responder de su gestión al Parlamento?

¿Qué os sorprende más, que la última sesión del Parlamento fuera el 16 de diciembre o que no habrá otra hasta el 16 de febrero? Dos meses de letargo en una mayúscula emergencia nacional.

La UE recomienda aislar todas las zonas con más de 500 casos por 100.000 habitantes. ¿Y qué se hace en España, donde el promedio supera los 800 y varias comunidades los 1000?".

En Onda Cero, Fernando Ónega hacía balance en Más de uno sobre la gestión de Salvador Illa de la pandemia de coronavirus y de su papel al frente del Ministerio de Sanidad: “Es que Illa no ha sido propiamente ministro de Sanidad. Como alguien ha dicho, ha sido ministro del coronavirus. Y la asignatura del coronavirus no la aprueba ni la Organización Mundial de la Salud.

Si tengo que calificarlo como se me pide, lo sitúo en la media europea: ni tuvo éxitos deslumbrantes ni fracasos ostentosos. No era un técnico, porque es un filósofo, pero se portó como un técnico, porque el liderazgo político se lo tuvo que dejar al jefe Sánchez. Lo mejor de todo, su apariencia de buena gente que no se mete con nadie. Lo más valorado, esa actuación ante las cámaras de hombre tranquilo que le hacía parecer un médico de familia sin endoscopio. Algo peor ha sido su capacidad de prever la evolución de la enfermedad y la forma de dirigir la cogobernanza.

Pero miren: para lo desconocido que era y sigue siendo el virus; para la dimensión del contagio; para la falta de referentes y medicamentos; para las barbaridades que se dijeron con vitola científica, y para la preparación médica que Illa tiene, no lo hizo mal el hombre. Resistió, que no es poco. Así que yo soy comprensivo y pienso que se esforzó, que hizo lo que pudo, y lo que no pudo, tampoco lo pudo hacer casi nadie en el mundo.

La mala suerte es marcharse con la cifra récord de 93.000 infectados en su último fin de semana y con la Unión Europea situando a casi toda España entre las zonas a las que no se debe viajar. Pero sería injusto echar la culpa solo a la gestión del ministro de Sanidad”.

En la COPE, Carlos Herrera decía: "Pero el problema con todo eso no es Illa, es Pedro Sánchez, que gobierna solo con tacticismo y con ocurrencia. No hay estrategias, no hay objetivos planeados y un sendero para llegar a ese objetivo. Objetivos de felicidad completa claro que los hay. Con ese bálsamo maravilloso que es el concepto de progresismo se llega a donde se quiera, pero dónde están los planes de futuro de un tipo que no está involucrado en la pandemia porque es cosa de las comunidades autónomas y lo que es cosa de Europa: las vacunas y el dinero.

Miren, ayer, ¿ustedes creen que Pedro Sánchez lo van a ver hablándoles del covid ahora mismo? No, no, esto es cosa de las autonomías. ¿Lo van a ver en un hospital, en un funeral, ya no digo en una morgue? ¿Lo van a ver poniéndose las botas esas de pisar el barro que él decía que había que ponerse cuando estaba en la oposición? No, lo van a ver en la Agencia Española del Medicamento, fue a las oficinas a soltar su chapa con Carolina Darias y con Salvador Illa. Bueno, pues todavía tuvimos que soltar la charlita de Sánchez propia del que vive en una burbuja absolutamente al margen de la realidad".

En la SER, José María Izquierdo decía: “El juicio contra la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, sigue su curso y cada día nos enteramos de un despropósito más para añadir a la extensa relación que ya conocíamos, al tiempo que van apareciendo en escena nuevos personajes que se suman al embrollo, algunos ni más ni menos que con una cátedra en su tarjeta de visita.

Veremos en qué acaban las acusaciones contra Cifuentes, evitemos hacer profecías, pero van quedando claras no pocas cosas. Parece difícil a estas alturas defender que la presidenta sí hizo el famoso máster y que el título fue obtenido tras arduas horas de estudio y recogimiento.

Ya estábamos acostumbrados a los escándalos de la Comunidad de Madrid, rico vivero de pícaros y desvergonzadas, y poco podía sorprendernos la actitud de Cifuentes, pero las maniobras de la Universidad nos llevan a la estupefacción.

¿Cómo es posible que semejantes desmanes, actas sacadas de la chistera, cambio de notas, etc,, puedan ocurrir en una universidad pública? ¿Admiten presiones políticas el rector, los profesores, los funcionarios? ¿No les da vergüenza?".